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ESPAÑA

El Gobierno no moverá a los presos de ETA aunque entiende a Patxi López

El PP descarta cambiar la estrategia carcelaria hasta que la banda desaparezca, pida perdón a las víctimas y entregue las armas

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

El Gobierno no tiene entre sus planes la modificación de la política penitenciaria para los presos de ETA y, por tanto, no habrá por ahora una reorientación «consensuada, dinámica y flexible» de la misma, como pidió el lehendakari Patxi López el jueves durante el debate de política general en el Parlamento vasco. Considera además que su postura en absoluto contradice las palabras del jefe del Ejecutivo de Vitoria porque el reclamado cambio de estrategia carcelaria requiere que antes la organización terrorista se haya disuelto, y ese paso aún se ve lejano desde la Moncloa.

En términos políticos la intervención del lehendakari fue de impacto porque necesitaba tomar la iniciativa en el nuevo escenario de Euskadi, pero desde el punto de vista penitenciario «no hay nada nuevo», precisaron fuentes gubernamentales. Lo que reclamó Patxi López, agregaron las fuentes, es la política que ya practica Instituciones Penitenciarias; es decir se autorizan aproximaciones de presos de ETA cuando se aprecian razones a favor de la reinserción del interno, pero siempre de forma individualizada. Todo esto cambiaría si la organización terrorista dejara de existir, en ese caso el Gobierno estudiaría traslados generales y hasta otras medidas de gracia que permite la ley. Por tanto, el Ejecutivo considera que las palabras de López no chirrían con su estrategia.

El portavoz gubernamental, José Blanco, recordó ayer que la política antiterrorista, de la que forma parte la estrategia carcelaria, «está consensuada» con el Ejecutivo vasco y, en consecuencia, no hay ningún motivo para la sorpresa. Los socialistas vascos informaron de que Alfredo Pérez Rubalcaba estaba al corriente del contenido de la declaración de López, extremo que confirmaron en el entorno del candidato del PSOE, pero también el Gobierno sabía en qué términos se iba a expresar el lehendakari y no puso ninguna objeción, y a la luz de su reacción es muy probable que la dirección nacional del PP estuviese informada.

Blanco señaló que el criterio del presidente del Gobierno vasco se «tendrá en cuenta» para el diseño de futuros escenarios penitenciarios, aunque evitó entrar en más detalles porque la política antiterrorista se caracteriza por «la prudencia y la discreción». El portavoz soltó uno de sus latiguillos favoritos: «las estrategias no se cuentan, se aplican», máxime cuando se trata de lucha contra el terrorismo. Solo avanzó que cualquier cambio en la política penitenciaria requiere «el final de ETA», y que se produzca «sin contrapartida ni condición». Los mismos vocablos que empleó Patxi López, lo que da una idea del grado de sintonía existente.

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, también apuntó que la opinión del lehendakari sobre los presos de ETA es «muy importante», pero por ahora «seguiremos haciendo lo que corresponde» y la política penitenciaria, al menos a corto plazo, «no va a cambiar». Otra cosa será, agregó, si la organización terrorista asume su liquidación, ese marco «llevará aparejadas políticas que tienen que ver con esa conciliación» planteada por Patxi López.

Rubalcaba se sumó al coro de los que reclamaron «escuchar atentamente» lo que dice el lehendakari, y lo que planteó ante el Parlamento vasco fue «una declaración importante» en «un momento importante». Señaló que las reflexiones del presidente del Gobierno vasco se enmarcan «en la hoja de ruta» diseñada por los dos gobiernos para acabar con ETA, con la que «estamos acabando».

Sin enjuagues

La dirección del PP, a diferencia de otras ocasiones, no tuvo una reacción desabrida ante las palabras de López, lo que hace pensar en que también estaba al corriente de los planteamientos que iba a hacer el lehendakari. Fuentes próximas a Mariano Rajoy señalaron que la postura del partido la expresaron sus dirigentes en el País Vasco, cuyas opiniones son las del PP.

Su portavoz, Esteban González-Pons, se limitó a enunciar las generales de la ley y señaló que hasta que ETA «no abandone el terrorismo, no pida perdón a las víctimas y entregue todas las armas no hay nada de qué hablar». Hasta que llegue ese momento, insistió, «no hay enjuague posible, no hay pacto posible, no hay acuerdo posible» sobre los cambios en la política penitenciaria. González-Pons aseguró que el Gobierno y el PSOE defienden esa «misma posición» y, por tanto, no hay motivos para la disputa.