Cruce de acusaciones en un juicio a dos policías por una agresión ocurrida en 2006
Un joven dice que los agentes le golpearon sin motivo, y estos aseguran que fue él quien les atacó
CÁDIZ.Actualizado:¿Quién pegó a quién? Los agentes de la Policía Local de El Puerto que se sentaban ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial (M. B. Z. y F. J. C. C), dicen que no golpearon a nadie, que fueron ellos los agredidos a manos de un joven «agresivo» a quien iban a multar (J. L. R.), y el cuñado de este (D. O. V.). El joven, en cambio, asegura que los dos policías le dieron una paliza «brutal», al igual que a su familiar. El tribunal de la Sección Primera escuchó ayer ambas versiones y deberá decidir a quién creer.
Curiosamente, ayer solo estaban acusados los policías y no el joven y su cuñado, a pesar de que también ellos fueron denunciados por atentado. Su juicio se señaló en 2006, poco después de que los detuvieran, pero antes de que llegara la fecha, demandaron a los agentes y la vista se suspendió. En lugar de unir ambos asuntos, el juez de lo Penal decidió esperar a que se juzgara a los policías, pero el juicio ha tardado más de cinco años y el delito de atentado acabó prescribiendo en 2010. Así, si la Audiencia cree ahora a los policías, el joven y su familiar no serán condenados.
El suceso tuvo lugar el 9 de enero de 2006, en la calle Doctor Marañón de El Puerto, cuando -según los acusados- dieron el alto a J. L. R. (entonces de 18 años) que iba en moto, con la novia de paquete, sin cascos. En lugar de parar, según los policías, el joven huyó en dirección prohibida. Cuando lo alcanzaron, y comunicaron que le tenían que retirar la moto, él se negó con actitud «agresiva» y dio un puñetazo a un agente, siempre según la versión policial. Tras un forcejeo, lo inmovilizaron y lo esposaron. El cuñado del joven, que vivía cerca, trató de impedir la detención y dio supuestamente un cabezazo a un agente. Así lo confirmaron ayer tres compañeros de los policías, que acudieron a ayudarles.
Los denunciantes, en cambio, contaron que J. S. L. se ofreció a buscar la documentación de la moto en su casa, pero antes de apearse los policías lo tiraron al suelo, lo sujetaron una rodilla en el cuello y la emprendieron a puñetazos. Ante los gritos de la novia, D. O. V. salió a defenderlo, de forma dialogante, pero (según él) lo retiraron. «Le dije a mi hermana que fuéramos a denunciar, me di la vuelta y uno me hizo un 'calzo' (una zancadilla), caí de espalda y me esposó», relató el hombre. Según contó, en el lugar «había decenas de personas» que recriminaban a los policías, pero ayer solo fueron tres testigos, que vieron la escena desde sus balcones y de forma confusa. Uno, por ejemplo, solo vio un forcejeo y confirmó que el joven se resistía -algo propio en una detención-, pero no contempló lo ocurrido antes, ni después. «Vi poco, me metí para dentro», dijeron dos de los testigos. El abogado de los policías alegó, además, que los partes médicos no recogen lesiones propias de una paliza. La Fiscalía, para colmo, pide la absolución de los agentes. Solo las acusaciones particulares solicitan un año y medio para cada policía, por un delito contra la integridad moral.