El Parlamento italiano salva a un ministro imputado por asociación mafiosa
La mayoría que respalda al Gobierno de Silvio Berlusconi rechaza una moción de censura
ROMA.Actualizado:El panorama político italiano descendió ayer un grado más en su degeneración y mostró de nuevo su capacidad de tragar con cualquier cosa al amparar la Cámara de Diputados a un ministro imputado por asociación mafiosa, Saverio Romano, titular de Agricultura. Además es investigado por corrupción en otra causa.
En la política italiana, por desgracia, se ha visto ya de todo, pero nunca hasta ahora a un ministro acusado de uno de los delitos más graves, aunque el juez aún debe decidir dentro de un mes si lo procesa. En este caso, al menos cuatro 'arrepentidos' señalan a Romano, siciliano, como próximo a clanes de 'Cosa Nostra' y «a su disposición» en la política durante cuatro años.
Quizá el juicio se quede en nada, cosa frecuente en Italia, pero es una acusación demasiado seria. Sin embargo, la mayoría de centro derecha de Silvio Berlusconi rechazó la moción de censura de la oposición, un resultado precedido de cierto suspense, dada la escasa ventaja de escaños del 'Cavaliere', ayer alargada por las ausencias de sus rivales políticos, y las tensiones de su coalición de Gobierno. Pero estaba en juego la supervivencia del Ejecutivo.
El voto no era secreto, una modalidad que se presta menos a traiciones. En cualquier caso era la enésima prueba para Silvio Berlusconi, que cada vez que afronta una votación delicada contiene la respiración, pues puede acarrear la caída del Gobierno. Un asunto como la Mafia podía desatar rebeliones entre sus diputados y en su socio, la Liga Norte, pero todos han cerrado filas. Es decir, Silvio Berlusconi sigue vivo y coleando. A Romano, en realidad, le nombró hace nada, en marzo, cuando ya se sabía todo y era posible que acabara en el banquillo.
Era el delfín del expresidente de Sicilia, Totò Cuffaro, ahora en prisión condenado a siete años por favorecimiento agravado a Cosa Nostra. La candidatura de Romano a una cartera causó gran inquietud en el presidente de la República, Giorgio Napolitano, que al final firmó, pero con una insólita nota en la que expresaba su «perplejidad» y esperaba que su situación se aclarara cuanto antes.
A Berlusconi todo esto le dio igual, le debía un favor a Romano. Entonces le hizo ministro y ayer le salvó porque Romano le salvó a él hace un año.