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Los tintos de Barbadillo se hacen mayores

La bodega presenta la crianza de 2009 de Gibalbín, el vino con estas variedades pionero en el Marco

María José Pacheco
JerezActualizado:

La apuesta comenzó allá por el año 2000, cuando Bodegas Barbadillo quiso convertirse no solo en la empresa elaboradora del vino blanco más vendido de toda España (Castillo de San Diego), sino también en la productora del primer vino tinto andaluz nacido en una zona tradicional de blancos, el Marco de Jerez.

Así, con el apoyo de un grupo de asesores de Burdeos, hace casi 12 años se plantaron las 100 hectáreas de las cinco variedades de uva tinta que hoy en día son la base de Gibalbín, la gama de vinos que añada a añada se hace fuerte en el mercado, y que es una mezcla seleccionada de syrah, tempranillo, merlot, cabernet y la tintilla de Rota, especie autóctona y prácticamente extinta que se recuperó.

Unos años después, ya en 2004, salió el mercado Gibalbín Joven, un vino del año con personalidad, del que la enóloga de Barbadillo, Monserrat Molina, destaca «su carácter andaluz» y con el que a lo largo de este tiempo han ido introduciéndose en otra forma de hacer vinos más allá de las manzanillas y los jereces de la zona.

La experiencia les fue dando tan buenos resultados –se exporta nada menos que a 15 países y ha recibido multitud de premios– que el equipo liderado por Molina decidió dar en 2008 otro paso más en su apuesta por la innovación haciendo que su tinto joven se hiciera mayor, ganara en madurez y se convirtiera en un crianza capaz de competir con los mejores del sector.

Como explicaba ayer la enóloga en la presentación de la segunda añada de este Gibalbín Crianza, la de 2009, «no se trata como se puede pensar de que el vino joven simplemente se mete en barricas de roble americano y francés y ya se convierte en crianza, el proceso va mucho más allá y empieza desde la propia viña».

No en vano, del centenar de hectáreas de tintas que tiene Barbadillo en los pagos de Gibalbín y viña Santa Lucía se han seleccionado 20 para hacer este caldo, que se podan y tratan de forma diferente al resto, «de la forma que más conviene a este vino».

Es así como nace este tinto andaluz que en el ‘coupage’ del crianza 2009, criado durante ocho meses en barrica, apuesta por la tempranillo, la merlot y la tintilla.

Será en primavera cuando se pueda probar otra añada nueva, la de 2010, y mientras llega ese momento el equipo de Barbadillo sigue madurando al ritmo de sus tintos y ya estudia lanzar –«puede ser a corto plazo», afirman– un vino nacido de una selección especial, un caldo de autor que «ahonde en el proyecto de los tintos de Cádiz y que tendrá como el resto la fuerte personalidad que da la tierra de esta zona y la ventaja de la versatilidad de nuestras variedades», explicó Molina.