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El Vapor espera en el dique seco a la inspección de las causas del accidente

J. C. CAÑAS
SAN FERNANDO.Actualizado:

Resurgió entre lodos y a pesar de su aspecto desvencijado y sus destrozos, su estado estructural es bueno. Así lo aclaró el ingeniero naval que se hizo cargo el miércoles del proceso de reflotamiento y remolque del Vapor de El Puerto. Tras un mes bajo las aguas del Puerto, junto al cantil del Muelle Reina Victoria, la embarcación encara ahora un proceso de restauración en las instalaciones de Navantia San Fernando. Allí llegó durante la tarde del miércoles para esperar en un dique seco a que se cumplan una serie de requisitos que se antojan complicados. Y es que antes de ver iniciado el proceso de reparación de la motonave habrá que cerrar multitud de flecos sueltos.

El primero de ellos será la investigación de las causas del accidente. Llega el momento ahora de que la Comisión Nacional de Accidentes, dependiente del Ministerio de Fomento, realice una inspección del barco para averiguar las causas del accidente. Si la investigación ya comenzó con el traslado de toda la documentación y registros de la Autoridad Portuaria, en estos días llegará el momento de averiguar si hubo fallo técnico, tal y como apuntó el capitán el primer momento del accidente. De hecho, fuentes consultadas por este periódico (expertas en ingeniería técnica naval) explicaron que ese tipo de fallos dejan registro y son identificables en la embarcación.

Los inspectores de la Comisión Nacional no serán los únicos que evalúen el estado de la motonave. A parte de los técnicos del seguro, en estos días se impone la necesidad de que los ingenieros de Navantia evalúen el estado general del Vapor. A partir de ahí llegará el presupuesto y la reparación de un barco de madera de 1956. Este hecho será determinante y marcará la necesidad de que sean carpinteros de ribera los que realicen la reparación.

Arreglo costoso

En el caso del casco, y al estar la estructura en buen estado, el trabajo se centrará en el resanado de las vías de agua. Al ser madera, lo habitual es sustituir al completo los refuerzos longitudinales dañados (en lugar del parcheado de los cascos metálicos). A eso le seguirá la evaluación y el arreglo del sistema eléctrico y de navegación (que a todas cuentas deberán ser sustituidos) y del servicio de propulsión (que obligará al desmontaje, secado y reparación del motor). A eso se sumará la limpieza y restauración de los elementos externos y la recuperación de la segunda cubierta desprendida, para lo que serán necesarios los planos.