LA CARA DE VIQUEIRA
Actualizado:El director deportivo del Xerez, Emilio Viqueira, está con la afición a la que tanto debe y que tanto le debe. No se trata de un brindis cara a la galería para congraciarse con la turba. Razones no le faltan en sus declaraciones por la imagen del equipo y el hecho de que Chapín es más un escollo que una garantía en la mente ganadora del plantel. Lo decía esta semana en la tertulia de C-Sur, «cuando estábamos defenestrados a 11 puntos de la permanencia, siempre queríamos jugar en Chapín». Ahí se logró la permanencia en la Plata y ahí se ascendió a Primera, con pistas de atletismo de por medio y todo. El gallego saca la cara por la plantilla y su cuerpo técnico, donde ha sentado a su amigo Moreno, pero también por la afición. Las matemáticas no engañan, el Xerez no le hace un gol a un portero escayolado si no juega José Mari. En su segundo proyecto Emilio Viqueira ha comenzado disparando alto, poniendo el listón en nivel sobresaliente, hablando de todas las aspiraciones posibles, y a diferencia del discurso taimado, conformista y anodino del entrenador del año pasado, Javi López, que cumplió aseada y profesionalmente en los números, pero que dejó pocos amigos dentro del vestuario. Sin embargo, este discurso triunfalista de comienzos de venta de abonos, que es sincero en el deseo, no se cumple hoy ni en la tabla ni en las sensaciones sobre el tapete. El Xerez carece de un organizador y Juan Merino no parece confiar en Capi para darle los galones en su sitio natural. A Cordero le falta un hervor, y lo más positivo es que la defensa es más fiable que la del año pasado. ¿Y el gol? Hay que rezar para que José Mari no se sobrecargue en su natural coraje ni sea sancionado. Vélez no está acoplado y Tato tiene más desborde que gol. Una victoria ante el Girona en el inédito lunes será balsámica. Un contratiempo, es la ley del fútbol, cargaría las tintas contra Juan Merino, la apuesta decidida de Viqueira. Es el doble filo de las exigencias realizadas a priori: cualquier partido de primeros de temporada se reviste de urgencia. Otro día hablamos de la cantera, de la duplicidad de equipos veteranos y del ilustre Drago Cakic.