Un TAC anual para prevenir el cáncer de pulmón
La razón de que el índice de supervivencia sea tan reducido estriba en que este mal manifiesta síntomas muy tarde
MADRID Actualizado: GuardarLa tasa de supervivencia en cáncer de pulmón es una de las más bajas de todas las patologías oncológicas. En concreto, es la enfermedad tumoral más común y de peor pronóstico, con una mortalidad superior a la suma de los fallecimientos por cáncer de colon, de páncreas y de próstata juntos. La razón de que el índice de supervivencia sea tan reducido estriba en que el cáncer de pulmón manifiesta síntomas muy tarde, de modo que, cuando el paciente acude a la consulta, la enfermedad ya se encuentra en fase muy avanzada.
De ahí la importancia de las conclusiones obtenidas en los últimos estudios internacionales sobre sistemas de prevención en cáncer de pulmón. Según un estudio desarrollado por IELCAP (Programa Internacional de Acción Precoz frente al Cáncer Pulmonar), en el que participan numerosos centros de todo el mundo, entre ellos la Clínica Universidad de Navarra y el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), la realización de un TAC (escáner) preventivo anual en población de riesgo aumenta la supervivencia en esta enfermedad por encima de un 90%. En cáncer de pulmón se considera población de riesgo a aquellos individuos fumadores o exfumadores. El riesgo aumenta con la edad y con el total de cigarrillos fumados.
Los resultados de la investigación realizada en más 31.000 individuos a lo largo de una década fueron publicados en la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine. Posteriormente, el extenso trabajo científico fue avalado por las conclusiones de un estudio desarrollado por el National Cancer Institute (NCI) en una muestra de 53.000 personas.
Esta segunda investigación ha venido a refrendar la importancia del TAC como prueba capaz de ofrecer un diagnóstico precoz de la enfermedad y, por tanto, una reducción de las muertes por cáncer de pulmón. De este modo, queda demostrado con evidencia científica el éxito de una exploración anual mediante escáner de baja radiación en el aumento de la supervivencia en esta enfermedad oncológica. Además, los resultados obtenidos por el NCI revelaron que con tan sólo un TAC anual durante tres años, el número de muertes por cáncer de pulmón se redujo en un 20% respecto a los enfermos de cáncer de pulmón controlados durante el mismo período de tiempo con una radiografía de tórax. Es probable que estas cifras mejoren considerablemente cuando individuos de alto riesgo participen en programas de detección precoz durante un lapso de tiempo superior a esos tres años.
TAC de baja radiación
En el estudio efectuado por el IELCAP comprobamos que el TAC torácico consigue detectar cánceres en fase inicial (estadio 1) en un porcentaje elevado de casos, en torno al 85% de los diagnosticados, si bien lo habitual es que en el 85% de los casos estos tumores se detecten en estadios 3 ó 4 (avanzados), en los que la curación se torna mucho más difícil.
Además, se comprobó que en los pacientes controlados mediante TAC anual, el 80% seguían vivos a los diez años del diagnóstico del cáncer de pulmón.
Cabe subrayar que la radiación de un TAC torácico utilizado en los programas de detección precoz de esta enfermedad es diez veces menor que la dosis de radiación emitida por un TAC convencional, ya que para detectar nódulos (pequeñas manchas) en el pulmón no es necesaria la dosis completa. Su emisión viene a ser tan sólo algo superior a la de una mamógrafo.
Los avances tecnológicos que se incorporan día a día en los equipos de diagnóstico se dirigen principalmente a disminuir las dosis de radiación necesarias para este tipo de exploraciones.
Detección en fases más precoces
Durante su investigación, el grupo de estudio internacional detectó tumores con un diámetro medio de entre 9 y 13 mm. Son tumores en la fase más precoz que actualmente puede ser observada, aunque los estudios futuros deben dirigirse a intentar reducir todavía más las dimensiones de las lesiones.
De hecho, una de las líneas de estudio desarrolladas por el CIMA de la Universidad de Navarra investiga la existencia de biomarcadores que alerten de la presencia de un cáncer antes, incluso, de que la lesión pueda observarse con un TAC torácico u otra técnica radiológica. Además, se buscan también marcadores moleculares de riesgo de cáncer de pulmón.
En este sentido, hay que tomar como referencia el éxito obtenido con los programas de detección precoz de cáncer de mama. En el caso del cáncer de pulmón los programas de screening ofrecen la ventaja de que se dirigirían a una población más limitada, ya que no asumiría a todos los individuos comprendidos en una franja de edad, sino solamente aquellos que constituyan población de riesgo (fumadores y exfumadores).
Equipos multidisciplinares
Sin embargo, es necesario destacar que implantar programas de cribado en cáncer de pulmón no es una tarea sencilla. Se trata de exploraciones que deben desarrollarse siempre en centros hospitalarios que cuenten con todas las disciplinas médicas y dispongan de equipos especializados y experimentados.
El problema de la complejidad de estas exploraciones radica en que con el TAC torácico se detectan nódulos en un porcentaje elevado de personas. Potencialmente, la localización de un nódulo puede dar lugar a la realización de biopsias, incluso de cirugías, si no se siguen los protocolos médicos diseñados específicamente para realizar estas pruebas.
Siempre que los especialistas cuenten con experiencia y sigan los protocolos determinados para estos casos, el problema de los falsos positivos se ve minimizado. Los centros participantes en el estudio del IELCAP corroboraron que del total de nódulos observados como sospechosos, un 92% resultaron ser tumores, de donde se confirma que el protocolo seguido resulta muy eficiente al permitir discernir entre nódulos malignos y benignos con una certeza muy elevada.
Entre otras conclusiones, los investigadores destacan que el riesgo de contraer cáncer de pulmón es el doble en mujeres fumadoras que en hombres, aunque la supervivencia femenina es mayor que la masculina.