Listón
Actualizado:En mi época estudiantil, a esto se le llamaba: un aprobado general porque le salía del vientre al profesor. Esas grandes amnistías de vagos y maleantes eran la oportunidad que teníamos los aspirantes a filósofos de taberna de vencer a la física, la química y todas esas asignaturas que sólo sirven para fabricar explosivos y productos contaminantes. Es broma, químicos de mi corazón, que por menos me mantearon los paleontólogos. En el atletismo pardo se le llama: bajar el listón para que lo puedan saltar todos. Hay veces que es mejor que pasen muchos que no que pasen los mejores. Una vida sólo con los mejores, los virtuosos, es altamente aburrida; somos de masa, de graderío a rebosar, y a mucha honra. Si a una maratón le quitas la manada de torpones que entran tres horas después del keniata o del etíope de turno, se queda en nada. Por eso mismo, no me extraña lo más mínimo la intención de Benedicto dieciséis de abrir la puerta lateral de las iglesias para que le entren los agnósticos, aunque usen preservativo, eso le da igual. Ha bajado el listón casi a ras de suelo. Si lo baja un poco más saltan los ateos y los de las sectas satánicas. Muchos se preguntarán por el comentario del número dieciséis de la saga de los Benedictos: «Los agnósticos están más cerca de Dios que los fieles rutinarios». ¡Toma ya! O sea que los de los primeros bancos; los que fichan todos los domingos; los que se saben los rezos y los cánticos y los cantan con desgana, están haciendo una mala inversión. El agnóstico que está en el bar tomándose un vinito a la hora de la misa, si me apuran cagándose en lo más alto y despotricando hasta del botafumeiro, es el hijo pródigo de esta historia. Ahora, estaría bien, para seguir el bendito ejemplo de Su Santidad, que Botín, o algún ministro del euro, dijera que los que no pagan religiosamente las hipotecas ni los créditos son los que mejor entienden el sistema financiero. El mundo se está poniendo interesante, ya no necesitamos los lloros de las Esteban, las Benito ni los que les hacen la ola. Pasen buen día.