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Instalaciones del acelerador de partículas, desde donde se han enviado neutrinos al detector del Gran Sasso. :: AP
Sociedad

Constatan que hay partículas que viajan a más velocidad que la luz

El descubrimiento significa refutar la teoría de la Relatividad, algo que por ahora se tiene por una verdad absoluta e indiscutible

JOSÉ MANUEL NIEVES
MADRID.Actualizado:

Tiene que haber algún error. Esa era ayer la opinión general de los científicos tras escuchar en Ginebra la extensa exposición que dio Dario Autiero, uno de los 160 firmantes del artículo publicado en arxiv.org, en el que se afirma haber detectado neutrinos -un tipo de partículas subatómicas- moviéndose a mayor velocidad que la de la luz. Según se hizo público el jueves por la noche, durante un experimento llamado 'Opera', los investigadores enviaron haces de neutrinos desde el acelerador de partículas del CERN, en la frontera franco-suiza, al detector de Gran Sasso, en los Apeninos, a 730 kilómetros de distancia. Allí, bajo 1.400 metros de sólida roca, lo que evita distorsiones de rayos cósmicos y de señales terrestres, se encuentra uno de los mejores detectores de neutrinos del mundo.

Se trataba, sencillamente, de medir la velocidad de los neutrinos, como parte de un experimento que nada tiene que ver con los resultados obtenidos. Y ahí llegó la sorpresa: un rayo de luz, a 300.000 km. por segundo (o más exactamente, a 299.792.458 metros por segundo), habría cubierto esa distancia en 2,4 milésimas de segundo, pero los neutrinos (se enviaron cerca de 15.000) tardaron 60 nanosegundos menos (un nanosegundo es la mil millonésima parte de un segundo). Parece una ventaja muy corta, pero las implicaciones son enormes.

La primera reacción fue que debía de haber un error, ¿pero cuál? Esa es la gran pregunta y la razón principal de la convocatoria de ayer. Los autores del trabajo llevan meses intentando encontrar cuál es el fallo que les ha llevado a obtener unos resultados tan inesperados y espectaculares. Pero a pesar del esfuerzo, no lo han conseguido, y ahora piden ayuda a la comunidad internacional de físicos para que repitan de forma independiente el experimento y comprueben si esos resultados se repiten. Si así fuera, la teoría especial de la relatividad, uno de los pilares de la física moderna, se tambalearía sin remedio.

¿Por qué? Según la relatividad especial no es posible transmitir en el vacío información alguna a más velocidad que la de la luz. Y eso implica que nada que sea material o que tenga masa, por pequeña que sea, puede superar ese límite. Esa es, por lo menos hasta ahora, una verdad absoluta e indiscutible, la base sobre la que se construyen todas las demás teorías.

Una verdad, por cierto, comprobada una y mil veces y cuyas predicciones se cumplen, en la Naturaleza, a rajatabla. Si la relatividad estuviera equivocada, por ejemplo, la red de satélites GPS daría posiciones equivocadas, con muchos kilómetros de error. Lo que derivaría en un auténtico caos en la navegación aérea y marítima. Algo que, evidentemente, no ocurre. Y tampoco habríamos sido capaces de colocar vehículos robotizados sobre puntos concretos de la superficie de Marte, ni de enviar sondas espaciales al encuentro de asteroides en movimiento. Hitos que, evidentemente, sí que hemos conseguido, con éxito y sin errores de consideración.

Ruptura espacio-temporal

Por no hablar, también, de que superar la velocidad de la luz equivaldría a una «rotura» del tejido espacio-temporal que sustenta el universo, y nos llevaría a posibilidad de realizar, por lo menos en teoría, viajes al pasado. En un universo así, no existiría el principio de causalidad, es decir, que podríamos ver los efectos de un fenómeno cualquiera antes de que se produjeran sus causas. Por ejemplo, el brillo de una supernova antes de que la estrella que la origina explote.

La física, como ciencia, se encuentra, pues, en una encrucijada. Y como los resultados parecen correctos, es necesario darles una explicación, cueste lo que cueste. Es así como avanza el conocimiento humano. De forma que los investigadores están empezando a analizar distintas posibilidades: o bien, como se ha dicho, hay un error en alguna parte del experimento, o bien habrá que buscar otra explicación que sea compatible con lo que se ha visto, pero también con la realidad que nos rodea.

Para empezar, los nuevos resultados contradicen mediciones anteriores de la velocidad de los neutrinos. En 2007 un equipo de físicos norteamericanos realizó una medición parecida a la del CERN. Pero fue rápidamente descartada porque el margen de error del experimento era superior a la diferencia de velocidad encontrada a favor de los neutrinos, lo que invalidó los resultados. Las mediciones del CERN, sin embargo, son varias decenas de veces más precisas que aquellas, y no resultan tan fáciles de descartar.

El error, según los propios autores de la medición, podría estar también en la forma de medir el momento exacto en que los neutrinos salieron de los instrumentos del CERN para emprender su viaje hacia Italia. Cuando se trabaja con márgenes de tiempo tan pequeños (del orden de las milmillonésimas de segundo), cualquier cosa es importante.

Y luego existe una tercera posibilidad. Y es la de que, a pesar de todo, las medidas sean correctas. Algunas teorías apuntan a la existencia de otras dimensiones físicas que permanecen ocultas a escala macroscópica, pero que sí se manifiestan en el mundo subatómico junto a las cuatro habituales (tres espaciales y una temporal).