EL MARCADOR

LOS DELIRIOS DEL FÚTBOL

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Dicen que el dinero da grandeza, pero que mucho dinero te lleva a la locura. Es complicado ser joven actualmente, pero más si estás rodeado literalmente de pasta. El fútbol lleva desde hace mucho siendo algo más que un deporte. Lo podrán llamar el rey de las modalidades deportivas, pero a día de hoy un futbolista no tiene nada que envidiarle a un actor de Hollywood o un cantante líder de un grupo pop, y todo eso se traduce en dinero.

Habrá cabezas capaces de soportar tanta fama, tanto poder y tantos ceros en la cuenta corriente, pero en muchos casos eso se traduce en locura.

Braulio Nóbrega ha confesado que tiene un problema. El canario podría ser solo B. N. en un texto pequeño dentro de la sección de Sucesos de un periódico de Aragón, pero es futbolista, futbolista de Primera División y, desde ayer, un acosador sexual en el juicio paralelo que la calle ya está haciendo. El atacante canario ha entrado de lleno en la lista de futbolistas a los que el dinero o la fama pudieron con la razón y la coherencia. Maradona jugó y gambeteó demasiado con las drogas, Buffon se metió en apuestas ilegales, a Woodgate le declararon culpable de acoso en 2001 cuando militaba en el Leeds United y tres jugadores del Leicester pasaron una semana en prisión después de ser acusados de violación en un descanso de su preparación en un hotel de La Manga, en Murcia. Mala manera de administrar el poder que tienen, tanto por el dinero (que es mucho), como por la imagen que dan.

Mirados con lupa, seguidos allá donde vayan e imitados. Así son los futbolistas, estrellas dentro de este circo llamado fútbol, pero a fin de cuentas necesarios para que el presentador salga diciendo «Pasen y vean». Braulio seguramente no sea el caso a imitar, ni los anteriormente mencionados, pero no son los únicos a evitar dentro de este deporte que lleva a la locura, y no solo al hincha.