Del 'Faisán' a la nada
Se ha acusado de colaborar con ETA a tres personas que no han hecho otra cosa que combatirla
Actualizado:Después de cinco años de instrucción disparatada, presión mediática intensa y acoso reiterado del PP, catorce jueces, de todos los colores políticos, han llegado a la unánime conclusión de que no existen indicios para procesar al ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, al jefe superior del País Vasco, Enrique Pamiés, y al inspector de Vitoria, José María Ballesteros, por la confidencia a ETA.
Conviene decir los nombres de los que ahora han sido liberados porque durante demasiados meses ha caído sobre ellos una acusación tan injusta como humillante: colaborar con la banda terrorista. Se ha acusado de colaborar con ETA a tres personas que no han hecho otra cosa que combatirla desde que tienen uso de razón policial. Cualquiera que conozca la trayectoria de estas tres personas sabe la dimensión del atropello que supone semejante acusación, sangrante si tenemos en cuenta que cualquiera de los tres podía haber sido asesinado por la banda terrorista.
Bien, la unánime decisión judicial tiene toda la pinta de ser la antesala del archivo de una causa que nunca debió llegar a este extremo. Si en cinco años de exhaustiva investigación no hay argumentos para procesar a nadie, no parece que estos se vayan a encontrar en el futuro. La decisión de los catorce jueces, tan distintos ideológicamente, supone una reparación a los tres policías y obliga al PP –que le ha preguntado en el desayuno, en la comida y en la cena a Alfredo Pérez Rubalcaba por su presunta implicación en el caso– a emitir alguna autocrítica. El PP ha utilizado, otra vez, la lucha contra el terrorismo en beneficio partidista, su personación como acusación en el proceso se ha saldado con un ruido atronador durante meses que se ha desinflado en la nada de la ausencia de indicios dictada por la Audiencia Nacional. El ‘Faisán’ cocinado a fuego intenso con todas las salsas posibles durante meses, ha quedado reducido a nada con sifón.
El disparate de la instrucción de este caso resulta aún más escandaloso si se tiene en cuenta que se ha producido al compás del peor de los momentos de una banda terrorista, hoy exangüe gracias, sobre todo, a la acción de policías como los injustamente acusados y hoy liberados.
El PP tiene ahora muy difícil seguir instrumentalizando este asunto contra Rubalcaba. El juez Enrique López, propuesto desde hace años por el PP para el Tribunal Constitucional y que endureció sin consultar a sus compañeros una resolución sobre el caso, tampoco ha encontrado indicios suficientes. La futura decisión del juez Ruz se producirá, casi con total seguridad, una vez que hayan pasado las elecciones generales y para entonces no habrá ni un partido ni algunos medios dispuestos a utilizarlo.