Un cartel pegado en una calle de Berlín anuncia que el papa no es bienvenido a la capital. :: REUTERS
Sociedad

Alemania recibe al papa con protestas en la calle y el Parlamento

El orgullo por sentar en el trono de San Pedro al primer pontífice de su país se ha transformado en decepción por su doctrina conservadora

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Cuando el cardenal Joseph Ratzinger se convirtió, hace seis años, en Benedicto XVI, una ola de orgullo y alegría recorrió el país natal del nuevo pontífice, pero su elección también despertó profundas dudas. Estas reacciones encontradas se reflejaron casi a la perfección en dos titulares de la prensa germana. El 'Bild', el periódico de mayor venta en Europa, decidió eliminar de su portada la habitual foto de una joven desnuda y publicó a lo largo y ancho de su primera página una foto del nuevo Papa acompañada con una frase de antología: «Wir sind Papst» (¡Nosotros somos papa!).

El irreverente diario de izquierda 'die TAZ' optó por otra portada de antología. Sobre un fondo negro de luto, los editores escribieron en letras casi minúsculas 'Joseph Ratzinger, el nuevo Papa' y en el centro de la pagina añadieron una frase corrosiva: 'Oh mein Gott!' (¡Oh Dios mío!).

Seis años después de su elección, la euforia que vivió la gran mayoría de la población alemana se ha convertido en una peligrosa decepción, que aflora con nueva intensidad en vísperas de la visita que hoy inicia Benedicto XVI a Berlín.

Aunque miles de creyentes han viajado a la capital de Alemania para asistir a una misa monumental que tendrá lugar esta tarde en el estadio olímpico, la presencia del Papa ha provocado una inédita división en el seno del Parlamento federal, el principal foro político del país, donde el Papa debe pronunciar un discurso. Mas de un centenar de diputados socialdemócratas, verdes y del partido La Izquierda decidieron ausentarse del hemiciclo para denunciar la línea conservadora que ha impuesto Benedicto XVI a la Iglesia católica y también porque consideran que su discurso es incompatible con la neutralidad religiosa del Estado alemán.

«Un mensaje liberador»

En los últimos seis años, Benedicto XVI ha ignorado las demandas de su grey pidiendo más tolerancia en el seno de la Iglesia, que acabe con la política discriminatoria hacia los católicos divorciados que han vuelto a casarse y los homosexuales , y que acepte la necesidad de recomendar anticonceptivos para evitar la plaga del sida en África.

Por eso un variopinto conglomerado de colectivos homosexuales y movimientos laicistas decidieron organizar una manifestación de protesta en el centro histórico de Berlín a la misma hora en que Benedicto se dirija al país desde el hemiciclo del Bundestag. Los organizadores quieren denunciar la postura del Vaticano y en especial del actual Papa ante los homosexuales y la planificación familiar.

El alcalde de Berlín, el homosexual Klaus Wowereit, afirmó que saludaba la visita del pontífice a Berlín y que le recibirá personalmente cuando llegue al estadio olímpico, pero a la vez dijo comprender el rechazo de parte de la ciudadanía. «Es de esperar que en una ciudad como Berlín la gente tenga criticas hacia la Iglesia Católica y quiera manifestarlas», dijo, recordando el carácter protestante y secular que impera en la capital alemana.

Ls protestas también acompañarán al Papa en Friburgo, una ciudad fervientemente católica y etapa final de su viaje, donde un grupo que se autodenomina Friburgo Sin el Papa repartió camisetas impresas con una ilustración de la histórica catedral cubierta con un condón de color rosa.