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Obama rechaza en la ONU los «atajos» palestinos
Los representantes de la OLP reiteran la intención de pedir su reconocimiento pleno como Estado
Actualizado: GuardarEl presidente Barack Obama apuraba ayer las horas de negociación para evitar una crisis internacional que, como él mismo dijo ante la Asamblea General de la ONU, «ha puesto a prueba la política exterior de EE UU». Hay muchas cosas en el mundo de las que ocuparse, pero como Obama reconoció, esta semana solo hay una que preocupe a todos: «el conflicto entre israelíes y palestinos».
Fue él mismo desde ese podio quien hace un año desató la expectativa de que a estas alturas Palestina sería un Estado reconocido internacionalmente, pero como la coalición de ultraderecha que lidera Benjamin Netanyahu no ha dado oportunidades para las negociaciones, la OLP ha decidido traer la petición al Consejo de Seguridad sin esperar al reconocimiento de Israel.
«No estamos pidiendo unirnos a la mafia ni a Al-Qaida», protestó el ex ministro palestino de Exteriores Nabil Shath ante el revuelo desatado. Para su vecino hebreo se trata de un desafío que amenaza con aislarle más en el mundo y EEUU, que ayer reafirmó su «compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel», le apoya para evitarlo. «No hay atajos para la paz», aseguró Obama. «La paz no vendrá a través de declaraciones y resoluciones en Naciones Unidas». Tras un cara a cara de apenas tres minutos, el líder israelí le secundó complacido. «Los palestinos quieren reconocimiento pero no están listos para la paz», afirmó.
Desde que en junio el Cuarteto –ONU, UE, Rusia y EE UU– fracasó en la elaboración de una resolución que impulsara las negociaciones, Palestina cambió de estrategia para buscar su consolidación como Estado. Para ser reconocido como miembro de pleno derecho se necesita que el Consejo de Seguridad, donde Washington tiene derecho a veto, recomiende la admisión a la Asamblea General. La Casa Blanca ha prometido a Israel vetar la petición palestina, lo que traería un alto coste de imagen de cara al mundo árabe, donde las revoluciones le han hecho perder el control que le daban los viejos dictadores. De ahí la carrera contrarreloj para frenar las intenciones palestinas, algo que el propio Obama pidió anoche personalmente al presidente Mahmud Abás.
No habrá demoras
«Será un encuentro muy amistoso en el que discreparemos respetuosamente», adelantó el exministro de Exteriores palestino. Y ratificó la decisión de forzar «el momento de la verdad» en el Consejo de Seguridad, por mucho que eso obligue a EE
UU a retratarse, además de negar los rumores de que habrían aceptado demorar durante «un tiempo sustancial» de hasta un año la votación en ese órgano para dar margen a las negociaciones, como habría propuesto el Cuarteto.
Por el contrario, aseguró que Abás ha pedido al secretario general de la ONU que no haya «retrasos políticos», y éste le ha prometido agilizar los trámites. «Si no lo presentamos a la vez ante la Asamblea es para evitar que se nos acuse de no dar tiempo al proceso» explicó. La Asamblea General acabará sus sesiones en dos semanas.
EE UU intenta que la resolución no alcance siquiera los nueve votos necesarios, lo que pondría en aprietos a países que ya han reconocido bilateralmente a Palestina. En la Asamblea solo se necesitaría mayoría simple, virtualmente asegurada, pero la ‘opción vaticana’ únicamente proporciona estatus de observador permanente.
Lo que más preocupa a Israel de tal condición es que permitiría a los palestinos acceder al Tribunal Penal Internacional y denunciar allí los abusos de su invasor, algo que Europa trata de impedir para irritación de los palestinos.
La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, que ayer también se reunió con ambas partes, defendió que «lo importante no son los plazos, sino expectativas reales de paz». Jiménez alabó a Obama por haber propiciado una situación que EE UU e Israel consideran de crisis, y ni los palestinos le guardan rencor por haber cambiado de opinión sobre la formación de su Estado. «No dudo de su calidad moral, lo que dijo el año pasado era un deseo que requiere que se hagan muchas cosas, pero él tiene tantas demandas internas como externas, éste es un año electoral en EE UU», recordó Shaath.