La elefanta Buba se despide de su hogar
El zoo ha organizado actividades para decir adiós a su emblema durante los últimos 25 años, que se marcha a Hungría para reproducirse
Jerez Actualizado: GuardarHace tiempo que se anunció su marcha pero no será hasta la semana que viene cuando se haga realidad. La elefanta Buba, un emblema del Zoo de Jerez durante los últimos 25 años, comenzará el viaje a principios de octubre al zoo húngaro donde podrá tener descendencia, según el programa de reproducción de su especie al que pertenece. Por este motivo, el zoo jerezano ha organizado para este fin de semana una serie de actividades de despedida dirigidas a los niños con pintacaras de elefante, suelta de globos con deseos sobre Buba y caretas de regalo. Aunque no hay fecha de regreso fijada, la vuelta del animal está condicionada a que se adapten las instalaciones para acoger a más de un paquidermo.
El equipo de conservación del Zoobotánico se encuentra ya realizando los trabajos necesarios previos al traslado de Buba al Sóstó Zoo de Hungría, que tendrá lugar en la primera semana del próximo mes de octubre, donde el paquidermo formará parte de un grupo familiar y podrá reproducirse.
En un primer momento se decidió trasladarlo la pasada primavera pero debido al calor se estimó más oportuno esperar la llegada del otoño. Desde el Zoo jerezano aseguran que cumplidos los objetivos reproductores, Buba podrá volver a sus instalaciones.
De cara a su próxima marcha al zoo de Hungría, el zoobotánico jerezano ha organizado el próximo sábado una jornada festiva dedicada a Buba, con actividades que consistirán en la realización de mensajes con buenos deseos que volarán en globo, así como el reparto de mil caretas de elefante, para recortar y colorear por los niños, y así llevarlas como regalo y recuerdo de Buba.
Buba llegó a Jerez siendo un bebé, el 11 de marzo de 1988, procedente del Parque Nacional de Etosha, en Namibia (Africa). Los elefantes necesitan mucho espacio para vivir, así que en la reserva donde vivían, debían de hacer una caza selectiva y de esta forma deshacerse de 14 crías. Cuando el Zoo tuvo noticias de ello, se puso en acción para salvar a una de aquellas crías, apoyados por muchas empresas jerezanas, que se sumaron a la iniciativa para llevar a la ciudad a un elefante africano.
Nada más llegar, los niños le pusieron a través de un concurso de nombre Buba. Entre las muchas anécdotas a destacar en aquella fecha fue el acto de generosidad de una niña llamada Helga Manzano, que rompió su hucha para ayudar a Buba a venir a la ciudad.