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Zapatero en el Congreso, ayer, tras la sesión de control. :: REUTERS
ESPAÑA

El Congreso despide a Zapatero con un suspenso por el paro desbocado

El presidente admite los cinco millones de desempleados como fracaso personal, pero defiende el conjunto de su política económica

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se despidió ayer de la legislatura en el Congreso insatisfecho y consciente de que ha fracasado en la lucha contra un mal tan doloroso como el paro. Pero no con la cabeza baja. El jefe del Ejecutivo y, aún más, la vicepresidenta primera, Elena Salgado, batallaron hasta el final contra la oposición para defender que la suya ha sido una gestión digna de elogio.

Fue una contienda dura porque, al contrario de lo que ocurrió la semana pasada en el Senado, ninguno de los portavoces dejó pasar la oportunidad de rematar la faena en la última sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja. Nada de guante blanco. Nada de «le deseo lo mejor» o «siempre le he tenido aprecio personal». De eso ya hubo una buena dosis durante el debate sobre el Estado de la Nación a principios del verano.

Mariano Rajoy, pero también los portavoces de otros grupos parlamentarios -Uxue Barkos (NaBai) o Josu Erkoreka (PNV)- fueron muy exigentes. «La lucha contra el desempleo, el modelo de Estado o incluso el valor de la palabra dada no son sino interrogantes al final de sus ocho años de Gobierno», le reprochó, para abrir boca, la diputada navarra a Zapatero.

El líder de la oposición fue aún más contundente. «Deja usted una herencia envenenada», concluyó tras un recuento de los daños. Cinco millones de parados; una tasa de desempleo juvenil por encima del 45%, una economía estancada, una deuda de más de 700.000 millones de euros y «recortes sociales». «Ahora todos los españoles tendremos que hacer un gran esfuerzo, pero estoy seguro de que España es un gran país y de que, por lo tanto, va a superar esta situación», añadió.

El aún secretario general del PSOE encajó el golpe. «La peor consecuencia de la crisis ha sido la tasa de paro; siempre he afirmado que me siento responsable, por supuesto, no puede dejarme en absoluto satisfecho». Pero hasta ahí llegó la autocrítica. «Es verdad que a usted siempre se le olvida que con este Gobierno -se defendió- llegamos a la tasa de paro más baja en la legislatura anterior; por tanto, alguna circunstancia habrá que explique las dificultades que hemos tenido en esta legislatura».

Lo que las explica es, según su discurso, la crisis más grave que ha sacudido al mundo en 80 años. En medio de una coyuntura desfavorable, se vanaglorió, el Ejecutivo «ha afrontado su responsabilidad para garantizar la consolidación fiscal que nos evitará males mayores, ha hecho reformas estructurales muy necesarias en este país desde hace mucho tiempo y preservado al máximo la cohesión social, con las tasas de protección al desempleo más altas».

Contraofensiva

La ministra de Economía le echó todavía más garra a los ataques que le llegaron de izquierda (con Gaspar Llamazares al frente de la ofensiva) y derecha (con la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría de avanzadilla). También ella admitió no estar satisfecha con el número de parados que ya cuenta España, pero no se mordió la lengua. «Si me pregunta como diputada, desde luego, de lo que estoy menos orgullosa es de la oposición».

Salgado eludió entrar en una guerra de números y optó por juzgar la calidad del trabajo realizado bajo un parámetro subjetivo: el «reconocimiento» que está recibiendo el Gobierno por parte de las instituciones europeas. «Estamos presentes en todos los foros, en el G-20 y, ayer mismo, el Fondo Monetario Internacional nos dijo que íbamos a cumplir nuestros objetivos de déficit», exhibió.

La número dos del Gobierno también recurrió a la ironía para replicar a las críticas de los populares por su inoperancia a la hora de detectar la crisis y tratar de ponerle remedio. «Le tengo que recordar que en su programa de partido para las elecciones generales preveían ustedes un crecimiento del producto interior bruto superior al 4% para esta legislatura», espetó. «No tiene importancia que no hayamos sido capaces de prever la profundidad de la crisis, ni ustedes ni nosotros».