Christine Lagarde, ayer, en en el encuentro de los dirigentes del FMI y del Banco Mundial, en Washington. | SHAWN THEW / Efe
crisis en la banca

El FMI alerta del peligro de la banca europea

Cifra en 300.000 millones los euros el riegos que ha asumido como consecuencia de la crisis de la deuda

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las tensiones provocadas por la crisis de la deuda soberana han dejado a la banca europea en un estado de tal fragilidad que el sistema financiero global está cada vez más cerca sufrir un colapso similar al que provocó la caída de Leman Brothers hace tres años. Con este argumento en la mano, el Fondo Monetario Internacional urgió ayer a los líderes comunitarios a buscar una salida creíble para Grecia y detener la cascada de especulaciones que se ciernen sobre otras economías vulnerables de la Eurozona.

Según su Informe de Estabilidad Financiera Mundial, el riesgo generado por el crédito soberano procedente de países con diferenciales de deuda altos alcanza los 200.000 millones de euros. A esa cifra se llega sumando a los activos de deuda griega –60.000 millones–, los 20.000 millones de Bélgica, Irlanda y Portugal, más los potenciales de España e Italia. Puesto que las tensiones de la deuda soberana se contagian de unos a otros, la pérdida de valor de los emisores se trasladaría al mercado interbancario, con un impacto negativo de otros 100.000 millones de euros.

El FMI aclara que esta estimación no tiene en cuenta las necesidades de capital de los bancos, para lo cual sería necesario llevar a cabo una nueva evaluación completa de los balances y las cuentas, mucho más exhaustiva que la realizada en las pruebas de estrés del pasado julio, sino que busca dar una idea del aumento del riesgo de crédito soberano experimentado por los bancos en los últimos dos años.

Un estudio coordinado por el ex vicegobernador del Banco de España, José Viñals, identifica a los bancos más vulnerables en los países más afectados por la crisis financiera: Grecia, Portugal, Irlanda, Bélgica, Italia y España. En total, esas seis economías han generado nada menos que el 46% de la deuda pública de la eurozona.

Para el Fondo, los efectos secundarios de la exposición de los bancos europeos a la deuda soberana griega –considerada el epicentro de esta crisis– han ascendido a casi 60.000 millones de euros, mientras que el contagio de la situación a Portugal e Irlanda ha supuesto 20.000 millones. Por su parte, la presión de los mercados sobre Bélgica, Italia y España ha elevado la cantidad del impacto que tiene la crisis de deuda soberana en los bancos del Viejo Continente hasta los 200.000 millones de euros.

Nuevas turbulencias

El informe destaca que acontecimientos como las nuevas turbulencias en los mercados procedentes de la periferia de la zona del euro, la rebaja de la calificación crediticia de Estado Unidos por parte de Standard & Poor’s y las señales de una desaceleración económica han sacudido recientemente al sistema financiero mundial. En concreto, advierte de que en la zona euro las presiones soberanas amenazan con «reactivar un círculo vicioso entre el sistema bancario y la economía real». Asimismo, añade que la crisis de deuda soberana podría extenderse a los bancos emergentes y que la estrategia a seguir debería pasar por evitar el contagio.

En el caso de España, el FMI vuelve a advertir del peligro de que se establezca un círculo vicioso entre la deuda pública y el sector financiero del país. Las necesidades de refinanciación del Estado español «lo hacen vulnerable a una retirada de la demanda de los bancos e inversores institucionales nacionales, que ya tienen una exposición doméstica significativamente superior a la de sus contrapartes europeos».

En un encuentro con los medios tras la presentación del documento, José Viñals consideró fundamental que se complete el «ambicioso» proceso de transformación financiera en España y se siga avanzando en las reformas estructurales. En este sentido, destacó como un hecho de «extraordinaria importancia» el cambio introducido en la Constitución española para establecer una disciplina de equilibrio presupuestario de las administraciones públicas.

En otro momento, el directivo del FMI defendió el proceso de reestructuración y capitalización de las cajas de ahorros, realizado con éxito hasta la fecha, ya que se ha recurrido a los mercados de capital privado para aumentar sus reservas.