hundimiento del 'adriano III'

Los armadores advierten a la APBC de que no podrán pagar el rescate

El plazo de 48 horas dado por la Autoridad Portuaria para sacar el barco a flote termina hoy sin que el propietario haya actuado

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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No ha servido de nada el ultimátum dado por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) a los propietarios del Vaporcito de El Puerto para que procedieran de inmediato al rescate de la embarcación, que acumula ya tres semanas hundida en pleno puerto de Cádiz. No hay dinero. Y sin dinero no hay ni buzos, ni grúas, ni daños que reparar, ni proyectos de futuro.

En el puerto de Cádiz no hubo ayer ni rastro de actividad. Las empresas que se harán cargo de la maniobra para sacar el barco a flote estuvieron todo el día pendientes del teléfono, pero nadie llamó para indicar que se podían empezar los trabajos.

La APBC dio el pasado miércoles un plazo de 48 horas a los armadores del Vaporcito para ejecutar el plan de reflotamiento. El tiempo acaba hoy a las dos de la tarde y, salvo grandísima sorpresa, la pelota pasará al tejado de la Autoridad Portuaria, que ejercerá la posibilidad jurídica de encargarse de la operación de rescate de forma subsidiaria.

De esta forma, la entidad portuaria adelantará un dinero que más tarde se reclamará al propietario del Vaporcito. La cuestión es si algún día conseguirá cobrarlo, porque ayer mismo los representantes legales del dueño de la motonave volvían a decir que su cliente no tiene dinero para hacer frente a la actuación en estos momentos, de la misma forma que tampoco lo tendrá para pagar la factura que le pase la APBC. «Ya entonces se verá qué se puede hacer».

Por el momento, los propios armadores calculan que el precio del rescate supera los 60.000 euros, aunque el retraso de la operación estaría aumentando esta cantidad por día que pasa. Ya la pasada semana la empresa encargada de llevar a cabo las tareas previas al reflotamiento avisaba que la labor de los buzos no servirá si el plan se sigue retrasando. Entre otros aspectos, se teme que no valgan de nada los orificios abiertos en el lodo para pasar las cadenas que tirarán del barco para reflotarlo. Además, las tareas de limpieza habrán perdido su sentido, ya que el verdín se ha seguido acumulando en la estructura de la embarcación, mientras que la grieta del casco ha podido aumentar en la última semana.

Otra cuestión que preocupa es saber si el escudo de fibra que se colocó sobre la brecha de cinco metros abierta en la parte de la proa ha resistido.

Aparte de los gastos añadidos que todo esto puede ocasionar a quien finalmente se haga cargo de la operación de reflote, no se han calculado los perjuicios que la presencia del barco hundido ha estado ocasionando en las últimas tres semanas en el puerto de Cádiz. Aunque la APBC asegura que no ha habido problemas con el atraque de ningún barco, sí confirma que ha habido que trabajar intensamente en todos estos días para salvar el obstáculo que supone tener este pecio en un espacio en el que suelen atracar tanto cruceros como buques de carga.