recortes en el país heleno

Grecia cede y ofrece más ajustes públicos

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Grecia cambia de estrategia para intentar evitar la bancarrota. Tras más de dos semanas de pulso con la UE, el Gobierno heleno empieza a poner sobre la mesa los ajustes reclamados por Bruselas para que reciba una nueva ayuda de 8.000 millones de euros. Atenas, que ayer celebró una segunda videoconferencia con los responsables comunitarios y del FMI, se mostró dispuesta a intensificar los recortes en el sector público.

El Ejecutivo heleno, que en las últimas semanas se había resistido a meter más la tijera, ablandó su postura después de que la troika formada por la Comisión, el BCE y el FMI subiera el tono con sus exigencias. Bruselas, que encabeza la misión negociadora, insistió desde el principio en que el objetivo de reducir el déficit al 7,5% al final de año es sagrado. Bajo esta premisa, remarcó que Atenas debía especificar la ejecución de las reformas pactadas para poder acceder al sexto cheque de su rescate. Hasta que se cumplan estas condiciones, la troika solo dialogará por videoconferencia y no regresará a Grecia para cerrar las negociaciones. El Gobierno griego propuso recientemente un nuevo impuesto inmobiliario para recaudar 2.000 millones, 300 más de los que reclama la UE para cubrir el ‘agujero’ en el techo de déficit de este año. Además, la tasa permitiría reducir también el desfase de 4.000 millones detectado en las cuentas de 2012, otra de las cuestiones centrales. Según Reuters, la medida fue tachada de insuficiente por los socios comunitarios porque solo permitiría ingresar como máximo la mitad de lo calculado en un país con un grave problema de evasión fiscal.

Ante las dudas europeas, el Ejecutivo socialista parece decidido a volver a recortar las condiciones de los funcionarios, uno de sus tradicionales granero de votos. Ayer, el Gobierno anunció que ha iniciado los trámites para reducir un 30% el personal en los ministerios. El ‘Financial Times’ agregaba que en la videoconferencia del lunes también ofrecieron a la troika la eliminación de 20.000 puestos temporales creados este año en el sector público. El adelgazamiento se completaría con recortes en salarios y pensiones en empresas estatales para que las jubilaciones no superen los 2.000 euros mensuales.

La nueva estrategia de Atenas para intentar evitar la quiebra coincidió con la reapertura del debate sobre su permanencia en el euro. Un diario griego publicó incluso que el Ejecutivo preparaba un referéndum para consultar a la población sobre su continuidad en la divisa. El Gobierno lo desmintió y subrayó que su entrada en el euro fue «una opción nacional irreversible».

Sin embargo, no cesan los análisis sobre una hipotética primera deserción del bloque. Nouriel Roubini, el gurú que predijo el ‘crash’ financiero, insistía en un artículo en que el país debería ir a la quiebra y salir de la Eurozona.