Grecia, al límite
Ya no queda margen para el forcejeo: o se desbloquea en breve la ayuda a Atenas o la quiebra será inevitable
Actualizado:Grecia está bajo la lupa de la UE y de las instituciones financieras internacionales Los expertos encargados de valorar la marcha de los ajustes abandonaron Atenas hace dos semanas, al constatar que el Gobierno se había enrocado en posiciones inmovilistas. Ahora, tampoco han viajado a Atenas los miembros de la 'troika' (Comisión Europea, BCE y FMI) para efectuar las últimas comprobaciones, previas al otorgamiento de los primeros 8.000 millones de euros del segundo rescate sin los cuales el país debería declararse en bancarrota el próximo mes. En lugar del encuentro cara a cara, el ministro de Economía de Papandreu, Eleftherios Venizelos, que reconoció «cierto retraso» en las medidas, se tuvo que conformar con una videoconferencia, que fue retrasándose y que finalmente arrancó anoche cuando ya hubieron cerrado todas las bolsas europeas. La situación de Grecia es endiablada porque a su problema de fondo, una deuda descomunal, se ha sumado el empeoramiento de la coyuntura global, de forma que las previsiones del FMI, que llegaron a anunciar que el país entraría en crecimiento el año próximo, apuntan ahora a que el PIB heleno caerá un 5,5% este año y un 2,5% en 2012. Así las cosas, las medidas adoptadas no lograrán la reducción del déficit previsto si no se adoptan otras actuaciones adicionales. Pese a la discreción de los interlocutores de Atenas, los propios medios helenos aseguran que la UE, el FMI y el BCE han presentado a Grecia una lista de quince medidas que habrían de ser implementadas sin demora como condición para recibir el próximo tramo del rescate. En síntesis, el Gobierno debería despedir a más empleados públicos, bajar o congelar los salarios de los funcionarios y las pensiones, aumentar el impuesto al combustible para calificaciones, clausurar organizaciones estatales deficitarias, reducir el gasto sanitario y acelerar las privatizaciones. Con la enajenación de parte del sector público, Atenas confía en ingresar unos 50.000 millones de aquí a 2015, los primeros 5.000 millones ya este año; sin embargo, el Gobierno encuentra dificultades para implementar la medida. Los próximos días serán cruciales ya que no hay espacio para el forcejeo: o se lanza el rescate, o la quiebra resultará inevitable, con todas sus consecuencias.