«Quiero morir contigo»
Jackie Kennedy frente a la Historia. Sale a la luz un libro con una larga entrevista realizada en 1964 en la que la viuda de JFK dibuja una vida idílica y ajusta cuentas con líderes mundiales
Actualizado:Como esposa del carismático John F. Kennedy, Jackie Kennedy no solo fue la primera dama del país sino también uno de los miembros más significativos de una glamurosa familia que en EE UU se percibía como lo más cercano a la aristocracia de la que carece el país. Su voz aniñada, su elegancia en el vestir, su imagen dulce pero a la vez estoica frente a la adversidad, su matrimonio y su belleza la convirtieron en un icono desde los años sesenta que ha sido un cierto enigma sobre el que ahora empieza a hacerse la luz con la publicación de un libro, 'Jacqueline Kennedy: Conversaciones históricas sobre la vida con John. F. Kennedy'.
A la venta desde la pasada semana en EE UU, el libro, editado por su hija Caroline Kennedy, recoge por primera vez las entrevistas que la primera dama concedió al historiador y amigo Arthur Schlesinger Jr. cuatro meses después del asesinato de su marido. Aquellas cintas, con ocho horas y media de conversaciones, se han mantenido bajo llave como demandó Kennedy, quien nunca volvió a hablar de aquellos años y volvió a casarse pocos años después de enviudar con el armador griego Aristóteles Onassis. Ahora, 17 años después de su muerte, su hija ha dado luz verde. El objetivo es que en el 50 aniversario de la presidencia de su padre también se conozca de verdad a su madre, una mujer a la que según ella, pocos conocían bien. En esas cintas, que además fueron objeto de un programa de la cadena ABC el pasado martes, se recoge la perspectiva de la viuda de 34 años sobre la presidencia de su marido, su matrimonio y algunos aspectos de su papel político, pero no se habla ni de la muerte del esposo, ni de las aventuras amorosas de este fuera del matrimonio. Tampoco se aborda la enfermedad de Adison del presidente, aunque sí sus crónicos dolores de espalda y la operación que a punto estuvo de costarle la vida en 1954.
Mujer conservadora
Kennedy se presenta como una mujer conservadora, «creo que las mujeres no deben estar en política, no estamos preparadas para ello.» y siempre leal con su matrimonio para el que no encontraba falta alguna y sobre el que habla sin pararse a considerar los deslices de su marido o sus enfermedades. De acuerdo con Jackie, la pareja nunca tuvo ninguna pelea, pinta un retrato idílico de su marido y da a entender que sus opiniones son las mismas que tiene su esposo.
Los historiadores, que están convencidos de su influencia política, tendrán que perdonar esos lapsus en una mujer que en ocasiones, durante las entrevistas más que un retrato para la historia presenta la imagen que la época demandaba para una mujer de su posición.
Durante la crisis de los misiles de Cuba y sabiendo que muchos altos cargos estaban evacuando a sus familias de Washington por lo que pudiera pasar, ella explica que dijo a su marido que si pasaba algo «nosotros vamos a estar aquí contigo». En octubre de 1962, en los tensos momentos de esa crisis internacional, ella le dijo que solo quería estar con él: «Quiero estar contigo y morir contigo, como también lo quieren los niños. Preferimos eso a vivir sin ti». En la entrevista la fallecida primera dama admite que el presidente lloró en su habitación, con la cabeza en las manos, al fracasar la invasión que buscaba derrocar a Fidel Castro, justo un año antes de la citada crisis de los misiles.
Pero la dulce Jackie, deja para la historia agresivas y poco generosas apreciaciones sobre algunas personalidades políticas y sociales del momento que según Susan Orelans, de 'The New Yorker', no pintan un retrato agradable de ella. Al presidente francés Charles de Gaulle le describe con la palabra ególatra, y del reverendo Martin Luther King Jr. dice que es un «farsante» al que los servicios de inteligencia le descubren organizando encuentros sexuales con mujeres. De Indira Gandhi señala que es una mujer «amarga, brutal y horrible».
Kennedy es más dura con las mujeres, en general y especula con las inclinaciones sexuales de la excongresista Clare Boothe Luce, entre otras. La primera dama también reproduce algunos comentarios indiscretos de su marido poco halagadores para dos de las grandes figuras de su partido, Franklin D. Roosevelt y su sucesor, Lyndon Johnson. Al primero le califica de algo parecido a un «charlatán»; del segundo considera que no estaría preparado para ser presidente. «Oh Dios, ¿puedes imaginarte qué pasaría con el país si Lyndon fuera presidente?», recuerda que le dijo JFK.
Caroline disculpa en cierta medida a su madre diciendo que en aquella época pasaba por unos momentos de «profunda pena» y que su juicio sobre King estaba «envenenado» por el director del FBI, Edgar Hoover, quien quería desprestigiar al líder negro.
El retrato de la icónica Kennedy puede que no gane mucho lustre al menos con lo que se ha ido filtrando del libro. Kennedy no es como Eleanor Roosevelt, una mujer que se engrandece conforme avanzan los años, pero lo cierto es que su vida fue singular, complicada y pocas personas pasan con nota el exigente examen de la historia.