La mujer asesinada en Sevilla rechazó la orden de alejamiento y retiró la denuncia por maltrato

Lucía, la mujer de 47 años asesinada el pasado sábado en Sevilla por su expareja, había rechazado hace apenas dos meses las medidas de protección para las mujeres maltratadas, y tampoco ratificó la denuncia por amenazas contra su agresor, por lo que fue archivada.

Su excompañero ha entrado hoy en prisión acusado de homicidio por orden del juez que instruye el caso, dado que confesó el crimen a los pocos minutos cuando acudió a la Guardia Civil para entregarse.

Fuentes judiciales confirmaron que Lucía Montes, tras varios años de relación con su agresor, F. J. S. C., de 44 años, rompió la relación a comienzos de verano. El pasado 13 de julio incluso presentó una denuncia por amenazas contra el detenido, pero rechazó aceptar la orden de protección y las medidas cautelares que se le ofrecieron" en aquel momento. No obstante, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Lora del Río (Sevilla) abrió unas diligencias urgentes a raíz de la denuncia, pero el juez decretó el archivo de las mismas después de que la mujer no ratificara la denuncia en sede judicial, lo que significa en la práctica que no seguía adelante con el procedimiento y retiraba las acusaciones. Una decisión que le costó la vida, ya que las amenazas, según han explicado sus conocidos, se repitieron hasta la pasada semana.

Apuñalada hasta la muerte

El sábado por la noche, cuando Lucía, que tenía dos hijas mayores de un matrimonio anterior, se encontraba en la estación de cercanías de Renfe en Lora con unas amigas para tomar un tren hacia la capital hispalense, se percató de la presencia de su expareja.

Según los testigos, la mujer sospechó que intentaba hacerle algo a su vehículo, y pese a las reticencias de sus acompañantes se acercó sola hasta el mismo para comprobarlo al tiempo que le increpaba.

La respuesta del hombre fue acercarse a ella y decirle que no iba a por el coche, "sino a por ella", relatan los testigos, tras lo cual sacó un cuchillo que escondía y comenzó a asestarle puñaladas. Los primeros golpes fueron en el cuello, por lo que la víctima comenzó a sangrar abundantemente y, aunque lo intentó, ya no pudo escapar.

El hombre la agarró por el cabello para tirarla al suelo, donde continuó apuñalándola hasta que comprobó que había fallecido. "No la dejó hasta que ella profirió el último suspiro", lamentaba un familiar, tras lo cual F.J.S.C. se montó en su coche y huyó del lugar. Menos de una hora después, se entregaba en la Comandancia de la Guardia Civil de la localidad, donde ha permanecido detenido hasta pasar a disposición judicial.