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La actriz Gleen Close, en el Festival de San Sebastián. :: EFE
Sociedad

'Albert Nobbs', lo último de Glenn Close, en San Sebastián

La ganadora del Premio Donostia protagoniza, produce y coescribe la película que dirige Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez

BOQUERINI
SAN SEBASTIÁN.Actualizado:

Desde hace pocos años el Festival de San Sebastián ha cambiado la filosofía de los Premios Donostia. Siguen siendo un reconocimiento a toda una carrera cinematográfica, pero si en su inicio se reconocía con él a algún viejo mito del séptimo arte, retirado de las cámaras desde hacía años (Bette Davis, Claudette Colbert ) en la última década se premia a actores y directores en activo, con algún nuevo trabajo recién acabado al que el certamen donostiarra sirve de promoción. Kevin Costner, Richard Gere, Meryl Streep o este año Glenn Close, son buenos ejemplos. Close está recorriendo Europa con la promoción de 'Albert Nobbs', que antes hizo en teatro y en la que su implicación va mucho más allá de su trabajo de actriz: es productora y coguionista, por lo que le interesa utilizar cualquier plataforma para dar a conocer el filme; si además en esta gira promocional te dan el Premio Donostia, miel sobre hojuelas.

La película, fuera de concurso, dirigida por Rodrigo García (el hijo de García Márquez, que ya había trabajado con la actriz en 'Nueve vidas' o 'Cosas que diría con solo mirarla'), es un drama ambientado en un hotel del Dublín del siglo XIX. Close es 'Albert Nobbs', una mujer que pasa ante todos como un hombre, el estricto jefe del servicio del Hotel Morrison. Se trata de poder trabajar en una sociedad dominada por los hombres en la que como mujer no tendría ninguna oportunidad. Al cabo de 30 años vistiendo, comportándose y apareciendo ante todos como un hombre, se siente prisionera en una cárcel que ella misma se ha construido. Y las cosas se complicarán cuando alguien descubra su secreto.

La película es Glenn Close. Su interpretación suena ya como el posible ganadora del Oscar que siempre se le ha negado a la actriz.

Es lo mejor de una película que abusa del los elementos folletinescos y que se alarga demasiado, una constante de las cintas de este director que no conoce lo que es la síntesis.

Unas imágenes exquisitas, unos actores estupendos (además de Close están Mia Wasikowska, Aaron Johnson, Pauline Collins, Brenda Fricker y Jonathan Rhys Meyers) para una película que se pierde entre las descripciones de cómo servir las mesas del comedor o las charlas de cocina, aunque con el desenlace recobra algo de la energía que ha ido perdiendo por el camino.

La única película a competición del domingo, la canadiense 'Take This Waltz', es también una cinta de actrices. Dos, Sarah Polley (la recordada protagonista de 'Mi vida sin mí' y 'La vida secreta de las palabras') que aquí hace su segundo trabajo como directora y guionista, demostrando que es también muy buena detrás de la cámara, y Michelle Williams, una protagonista en estado de gracia cuya vitalidad llena toda el filme. La película sigue a una vitalista y enamorada joven casada con un escritor de libros de cocina, ante sus sucesivos encuentros y enamoramiento de un misterioso y simpático vecino.

La película bascula entre la ternura, el humor y el melodrama, bien acompañada con una banda sonora en la que dominan canciones de Leonard Cohen, que dan el tono adecuado a la historia. Ella se siente atraída por el vecino pero a la vez no quiere serle infiel a su marido, al que también quiere.

Sería una historia sencilla, minimalista, de preciosos diálogos y casi perfecta, pero el problema es que Sarah Polley no sabe como rematarla. La película tiene varios finales. Cuando uno piensa que se acaba, la acción continúa. Y estos sucesivos finales son siempre fallidos. Lo mejor, Michelle Williams, actriz a la que el jurado, deberá tener en cuenta.