EL FIN Y LOS MEDIOS (II)
Actualizado:Hace una semana millones de españoles, aficionados al baloncesto y consumidores de la rutina mediática, criticaban con vehemencia la desvergonzada imagen que había dado la selección francesa ante España en el último partido de la fase de grupos del Eurobasket. Querían perder para evitar a Lituania en su camino hacia la final y lo consiguieron. Lo de perder, claro está, porque lo tenían en sus manos y sus decisiones, y lo de Lituania en semifinales, aunque los propios anfitriones ya se encargaron de autoinmolarse en un final de partido de cuartos de final ante Macedonia digno de mujeres al borde de un ataque de nervios. El fin justificaba los medios y los franceses lograron su objetivo: billete para los Juegos Olímpicos y final contra el mejor EQUIPO de Europa.
El fin de España y los medios empleados hasta llegar a la final fueron bien distintos. Como todo hijo de vecino ha tenido sus días buenos y sus días malos durante el campeonato. Un poquito de Calderón, Ricky y Rudy por aquí, una pizca deliciosa de Marc Gasol por allá; su hermano Pau Gasol como primer plato y un postre delicioso como Juan Carlos Navarro para terminar de alimentar un oro que por más esperado que fuera antes de sentarnos a la mesa no deja de restarle ni un ápice de mérito al enésimo triunfo de la mejor generación de jugadores de BA-LON-CES-TO que ha parido este país.
Si hay algo que han demostrado los chicos de la ÑBA es que saben competir. Apretar cuando lo exige el guión, descansar cuando el cuerpo lo reclama y dar ejemplo de cómo deben comportarse los deportistas, dentro y fuera de su ventana al mundo, el lugar donde mejor realizan su profesión. Porque en una época en la que abundan los villanos inspira confianza que aún siga habiendo hueco para los héroes. Porque en un mundo en el que el fin justifica los medios al menos complace ver que a veces triunfan aquellos cuyos fines defienden los verdaderos del deporte.