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Rubalcaba loa el modelo lingüístico para resucitar su idilio con Cataluña
El candidato del PSOE admite que será imposible salvar los muebles el 20-N sin quienes votaron al PSC en 2008
BARCELONA. Actualizado: Guardar«Respeto y cariño». Esa es la receta de Alfredo Pérez Rubalcaba para lograr que Cataluña se sienta «cómoda» en España. El candidato del PSOE a las elecciones generales del 20 de noviembre se entregó este domingo a una defensa ardiente del catalán y del modelo de inmersión lingüística de la comunidad en un intento de ablandar los corazones del antaño fiel, y hoy desafecto, electorado tradicional del PSC. El descontento en el que fuera uno de los principales graneros de votos de los socialistas amenaza con frustrar las posibilidades de obtener, no ya una victoria, sino un resultado digno en los próximos comicios.
No es casual que la Fiesta de la Rosa que los socialistas catalanes celebran cada año en Gavà (Barcelona) se convirtiera en el acto fuerte de precampaña de Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, juntos por primera vez en un mitin desde la pugna por encabezar la candidatura del PSOE a las generales. Cordialidad, sonrisas y aparente entendimiento entre el cabeza de lista por Madrid y la número 1 por Barcelona, porque la empresa que tienen el 20-N es complicada y porque el objetivo que persiguen es común: que Cataluña se reconcilie con el PSOE.
«Sin Cataluña no llegamos», dijo sin ambages Rubalcaba desde el escenario montado en un extenso pinar cercano a la playa. No era mera retórica. Hace cuatro años, los socialistas obtuvieron 25 de sus 169 escaños en el Congreso en la comunidad catalana. El PP sólo 7.
El ambiente entonces poco tenía que ver con el actual. Aún no se había producido la decepción y el sentimiento de engaño que supuso para muchos la sentencia sobre el Estatut y, a la postre, los resultados en Cataluña fueron clave en la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero sobre Mariano Rajoy. De hecho, el PSOE aventajó al PP en 16 diputados en toda España y de no ser por los 18 de diferencia de Cataluña, ambos partidos hubieran quedado muchos más igualados.
Ahora los antecedentes más inmediatos no resultan nada halagüeños. El PSC/PSOE, que hasta la fecha siempre ha sido la fuerza que más votos y escaños ha obtenido en generales en Cataluña, atraviesa su peor momento. En las elecciones locales del 22 de mayo, sufrieron un descalabro histórico, retrocedieron posiciones a favor, en parte, del PP y llegaron a perder plazas hasta la fecha inexpugnables como Barcelona, Badalona o la Diputación de Barcelona. Con un agravante: apenas unos meses antes se habían quedado sin la 'Generalitat', tras la conduntente victoria de Artur Mas (CiU) sobre José Montilla.
Consciente de la situación, Rubalcaba, no prometió la victoria, pero sí garantizó que el PSOE «ganará en ganas de ganar, en ilusión y en propuestas». Y, sobre todo, se presentó ante la militancia del PSC como el líder del único partido capaz de garantizar la concordia y la convivencia pacífica entre Cataluña y el resto de España.
«Vivimos una situación paradójica -alegó-; Cataluña cuenta con el mayor grado de autogobierno q ha tenido nunca y eso es compatible con este desafecto, esta sensación de que en España no se les quiere». Según él, de esa sensación son responsables, en primer término, los dirigentes del PP. Pero también los de otras fuerzas políticas. «Se han dicho muchas barbaridades de Cataluña fuera de Cataluña; esa es la realidad», dijo.
Sabedor de que el auto del TSJC (que insta a la Generalitat a adoptar cuantas medidas sean necesarias para que el castellano sea también lengua vehicular) ha causado indignación y rabia, trató de tocar la fibra sensible de su audiencia y afirmó sentir envidia del bilingüismo que practican, entre otros, Carme Chacón. «Yo no hablo catalán en la intimidad -añadió en broma recordando la famosa frase pronunciada por José María Aznar cuando firmó con CiU los pactos del Majestic- pero siempre he defendido que la gente pueda hablar en catalán, porque es una riqueza para Cataluña y para el resto de España; cuidad vuestra lengua, cuidad vuestro modelo educativo».
Relación compleja
Rubalcaba, que nada más ser elegido candidato a la Presidencia del Gobierno viajó a Barcelona para afirmar que sabía cómo resolver la «relación compleja» entre Cataluña y España, insistió en que el malestar que se ha apoderado de la sociedad catalana nace con el recurso del PP a la norma catalana y se esforzó por marcar la diferencia entre la actitud mantenida durante todos estos años por la formación que lidera Mariano Rajoy y la suya.
«Os diré lo que nunca haremos -dijo-: nunca pediremos firmas contra el Estatut, ni acusaremos a Cataluña de insolidaria y egoísta». Como Chacón, defendió que hay que desenmascarar a los populares. «Algunos vienen a Cataluña como si nunca hubiesen roto un plato, pero quien ha hecho de pirómano por todas las plazas y pueblos de España no puede venir a presentarse ahora como el jefe de bomberos», reprochó.
CiU también recibió. Chacón definió a la federación nacionalista como la sucursal catalana del PP y aseguró que el pacto entre ambos es un hecho y Rubalcaba recriminó a Convergencia que se empeñe en presentar al PP y al PSOE como si fueran iguales. «Si quiere abandonar el notario para ir a la casa del registrador -dijo en alusión a la profesión de Rajoy- que lo haga, pero que no coja al PSOE de coartada».