DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

EL TOURMALET JEREZANO

Comienza una etapa llena de acontecimientos que los profesionales de la información tendremos que cubrir con esmeroLa Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados

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Apenas estamos saliendo del verano y ya tenemos la vista puesta en los acontecimientos que tendrán lugar en Jerez en la primera parte del año 2012. Perdonen si soy muy agobiante, pero, como diría aquel, ya está aquí la Navidad. Cuando menos nos lo esperemos estamos comiendo pestiños a dos carrillos y zarandeando la pandereta, la zambomba y la botella de anís. Y a partir de ahí comienza en esta ciudad una época del año a la que yo, desde mis tiempos como trabajador de este rotativo, llamo el Tourmalet. Es como el temido puerto de montaña del Tour de Francia. Ese encadenamiento de grandes eventos en Jerez se hace empinado y tortuoso especialmente para los que nos dedicamos a esto de contar lo que ocurre a nuestro alrededor, este noble y últimamente tan castigado oficio del periodismo. Vaya desde aquí mi solidaridad con los compañeros de Onda Jerez Radio y Televisión, y del grupo Publicaciones del Sur. Desafortunadamente, muchos de ellos no saben si tendrán la oportunidad de escribir o narrar sobre los acontecimientos futuros de Jerez, y ahora soportan la cruel incertidumbre de no saber qué va a pasar con su puesto de trabajo. Ánimo, amigos. Ojalá estemos todos a la hora de desgranar la cascada de noticias, actividades, eventos y acontecimientos que nos reservan los próximos meses. Tras la Navidad jerezana, que no es una Navidad cualquier como todos ustedes bien saben, llegará en el mes de febrero el Festival de Jerez. Del 24 de febrero al 10 de marzo. El buen hacer de los profesionales del Villamarta hará que podamos disfrutar y presumir de una nueva edición del que se ha convertido ya en la cita más importante del mundo para el baile flamenco. Estoy seguro de que no se notará el recorte de presupuesto, ni esta hijaputa crisis que nos ha llevado incluso a temer por el cierre de nuestro mítico teatro. Habremos llegado a marzo con la campaña electoral de las autonómicas en todo su apogeo. Apunten el 11 o el 18 de marzo como posibles fechas para que acudamos a las urnas a elegir al presidente de la Junta de Andalucía. Sin solución de continuidad, nos daremos de bruces contra la Semana Santa, que arrancará el 1 de abril con el Domingo de Ramos. Después de disfrutar de esos días de devoción, cultura y arte que marcan el devenir de nuestra primavera, empezaremos a escuchar el estruendo por las calles de las legiones de moteros que, un año más, vendrán a dar calor y color al Gran Premio de España de Motociclismo. Eso será del 27 al 29 de abril del año que viene. Y aquí me quiero detener porque cabe recordar que el circuito de Jerez se encuentra en concurso de acreedores. Es decir, unos administradores concursales tendrán que autorizar el gasto de cinco millones de euros que cuesta organizar el Gran Premio. El convenio con la Junta, que pagó los últimos años, está caput, y podríamos decir sin temor a equivocarnos que el Ayuntamiento no está ahora para esos dispendios. El consejero de Turismo y Deporte del Gobierno andaluz, Luciano Alonso, ha venido a tranquilizarnos esta semana al decir que la Junta está negociando renovar el acuerdo con Dorna y que solo faltan los últimos flecos. Confiando pues en que tengamos motos, apenas nos dará tiempo a quitarnos el mono de cuero para ponernos el traje corto o de gitana porque una semana después del Gran Premio, el 6 de mayo, arrancará la edición de la Feria del Caballo de 2012. Y por lo visto en la Alameda Vieja estos días parece que la gente tiene ganas de feria. Como siempre, vamos. Echando un vistazo así al calendario que nos espera le falta a uno, incluso, la respiración. Parece mentira que todo esto vaya a suceder en una ciudad donde llevamos siete semanas con huelga de autobuses, estamos a 18 de septiembre y los trabajadores del Ayuntamiento y de sus concesionarias aún no han cobrado, y los expedientes de regulación de empleo campan a sus anchas por las calles comiéndose vivo al primero que cogen por banda. Este año subir el Tourmalet nos va a costar sangre, sudor y lágrimas, pero, más que nunca, no podemos permitir que la ciudad se pare del todo. Así que preparados, listos ¡ya!