La gran mayoría del equipo de El Salvador lo componen pescadores . / Ap
HISTORIAS DEL DEPORTE

Pescadores de sueños

Los componentes de la selección de fútbol playa de El Salvador, en su mayoría pescadores artesanales, logran la mayor gesta deportiva del pequeño país centroamericano

MADRID Actualizado: Guardar
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Es el éxito de la humildad, de gente sencilla que se esfuerza por vivir con alegría en medio de dificultades y tiene la fe suficiente como para creer que se pueden hacer las cosas. No han seguido un proceso de formación ni de un sistema de juego. Tampoco son atletas profesionales ni deportistas que realicen varias horas de entrenamiento diario. Ni siquiera llevan una alimentación y descanso digno de cualquier selección. Sin embargo, con una unidad ejemplar y la capacidad por superarse, los componentes del combinado nacional salvadoreño de fútbol playa lograron la mayor gesta deportiva del país más pequeño de Centroamérica al terminar cuartos en el Mundial disputado en Italia y ser recibidos como héroes a su llegada a El Salvador.

Desde 2006 visten los colores nacionales pero su realidad sigue siendo la misma. En las islas La Pirraya y Rancho Viejo de la Bahía de Jiquilisco, el día a día de los 'Los cangrejitos playeros' está ligado a la mar, porque si no pescan, no comen. Ni ellos ni su familia. Así, con esta necesidad, se olvidan del balón y se centran en las redes, las lanchas y los anzuelos. Con lo que han ganado estos años, algunos han prestado dinero para adquirir barcas que todavía siguen pagando. Sin embargo, muchos otros no cuentan con sus propias herramientas para pescar, por lo que estarían encantados con que se les regalara una lancha o un motor tras su gran rendimiento deportivo.

A la arena de Rávena (Italia) llegaron con el objetivo de ganar su primer partido en una Copa del Mundo después de dos participaciones, Marsella 2008 y Dubai 2009, y se fueron habiendo superado la presencia de la selección absoluta de fútbol 'once' en México '70' y España '82' o el oro de la marchadora Cristina López en los Juegos Panamericanos de 2007. En el grupo que brilló en Italia destacó Frank Velásquez, máximo anotador del equipo con nueve tantos, que le permitieron además quedar tercero en la tabla de goleadores y también con un bronce simbólico en la pugna por el Balón de Oro al mejor jugador del torneo.

"`Felicidades muchachos y que Dios los bendiga ahora y siempre!", se leía en una de las pancartas con las que la afición recibió a estos pescadores de sueños que disfrutan de la playa desde pequeños, que no han sido apadrinados por nadie durante este tiempo y por quienes se apostaba muy poco. Una vez conseguida la hazaña, son muchas las empresas y partidos políticos que intentan apuntarse el tanto de estos jóvenes que llegaron a El Salvador vestidos de gloria. Encabezados por el técnico Rudis Mauricio González, José Eliodoro Portillo, Wílber Alvarado, Tomás Hernández, Elías Ramírez, Agustín Ruiz, Medardo Lobos, José Roberto Membreño, Walter Torres, Élmer Robles, Darwin Ramírez, Frank Velásquez, y Baudilio Guardado son ahora mismo los motivos de alegría de un país golpeado por la violencia, la pobreza y la corrupción. En Rávena comenzaron a escribir su historia y en las aguas de la Bahía de Jiquilisco seguirán vivos sus sueños mientras siguen dando patadas a un balón.