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El Gobierno impone la ley del silencio sobre el petrolero secuestrado
MADRID. Actualizado: GuardarLey del silencio. El Ministerio de Exteriores sigue con las «gestiones discretas» para corroborar, en primer lugar, que los 23 tripulantes del petrolero 'Mateos I', apresado el miércoles en el golfo de Guinea, están en buen estado y en segundo término que los piratas solo buscan robar la mercancía y no perpetrar un secuestro de larga duración con rescate, como ocurrió con el atunero 'Alakrana' o el buque 'Vega V' en aguas del Índico, frente a las costas somalíes.
Cinco de los 23 tripulantes del petrolero chipriota son españoles. Al menos se conocen las identidades de tres de ellos, el primero oficial Manuel Bilbao (natural de Ferrol y residente en Tenerife), el segundo oficial Damián Aguín (Pontevedra) y el jefe de máquinas Saturnino Galán (La Coruña). La Xunta de Galicia está al tanto de las negociaciones y ayer su consejera del Mar, Rosa Quintana, aseguró que lo que pretenden los piratas es «robar el petróleo».
Una de las opciones más razonables es pedir ayuda a Francia y Estados Unidos, que desplegaron en agosto fragatas de guerra en el golfo de Guinea ante el aumento de los ataques piratas en esa zona, un paso importante para el suministro energético por las importaciones de crudo procedentes de Nigeria.
La empresa que seleccionó a la tripulación, Ibernor, con sede en Bilbao, confirmó que además de los cinco españoles hay 14 filipinos, dos ucranianos y dos peruanos a bordo del barco. El capitán es Luis Alberto Chamochumbi, un marinero de 48 años que tendría doble nacionalidad española y que ya había viajado a esta zona con anterioridad.