El circuito espejismo
El Gran Premio de Aragón no pudo completar ayer la jornada de entrenamientos libres por un fallo eléctrico en la zona Llegar a Motorland no es sencillo para el visitante foráneo
MADRID. Actualizado: GuardarLos aeropuertos más cercanos (Zaragoza y Lleida) están a 120 kilómetros, y el más próximo con tráfico internacional, el de Manises (Valencia), a 239. Y solo unos pocos por autopista, casi todos (también desde el aeropuerto de Barcelona, que está a 300 km.) por sinuosa carretera -bien asfaltada, eso sí - que lleva al forastero por las áridas y poco pobladas tierras del Baedan aparecer a caballo detrás de cualquier colina. «Ahora entiendo el significado de la expresión 'en medio de la nada'», decía el miércoles el piloto británico Bradley Smith en su twitter, para relatar a sus fans la llegada al Motorland. Un poco exagerado, sí pero comprensible para un chico que ha crecido en los verdes prados de Oxford.
La impresión cambia por completo al entrar en Motorland: 350 hectáreas de complejo dedicado exclusivamente a los deportes de motor, con unas instalaciones excelentes, y un trazado de velocidad que está entre los mejores que visita el Mundial, muy variado en cuanto a características técnicas, divertido para el pilotaje, y espectacular para el público. Así lo describe el líder de 125cc, Nico Terol: «Muy bonito, con muchas curvas enlazadas, cambios de rasante, muchos desniveles y una entrada en meta muy complicada; es muy completo. Además, el año pasado me quedé impresionado con la proximidad del público. La 'pelousse' está muy cerca y sientes la afición cuando pasas por allí. Motiva mucho». Es como un espejismo en el desierto, pero, en lugar de desaparecer al acercarse, se confirma como un paraíso para los aficionados al motor.
El único 'pero' es la infraestructura hotelera, aún muy escasa para albergar un evento de la magnitud de un Gran Premio de MotoGP: no son pocos los integrantes del 'paddock' que se alojan en hoteles situados a más de 50 kilómetros de Motorland, por la falta de oferta en Alcañiz y alrededores. Eso sí, para el público hay una zona de acampada de casi 100.000m2, bien acondicionada y pegadita al circuito, donde la fiesta y el ambiente motero están garantizados hasta la madrugada. El objetivo de la organización es superar la cifra de 70.124 espectadores que se dieron cita en Motorland el año pasado para vivir las carreras.
Sin embargo, peor no pudieron ir las cosas en el primer día de la cira aragonesa. La organización del Gran Premio de Aragón de MotoGP decidió suspender la primera jornada de entrenamientos debido a la rotura de un transformador eléctrico en el complejo Motorland donde está el circuito de Alcañiz, en Teruel. La avería impidió que se disputasen las segundas sesiones de entrenamientos libres de Moto2 y de MotoGP. Sólo la cilindrada de 125 cc pudo completar las dos tandas de la jornada inicial.
El español Álvaro Bautista (Suzuki GSV RR), decimotercero en los primeros y únicos entrenamientos que se realizaron en el circuito de Motorland Aragón antes de que los problemas eléctricos obligasen a cancelar la jornada, reconoció estar «decepcionado», puesto que debían «probar muchas cosas y no ha sido posible». «Tenemos una nueva caja de cambios y también unos neumáticos de compuesto duro para detrás con otra configuración que me ofreciese mayor tracción y aunque sé que se ha hecho lo correcto, porque Dirección de Carrera no podría saber qué estaba ocurriendo en toda la pista sin corriente, esta situación es frustrante, pues nos impide completar nuestro trabajo», lamentó Bautista.