'Que veinte años no son nada'
La Unión Europea ha aumentado el tiempo de protección de los derechos de los músicos sobre sus grabaciones en dos décadas
MADRIDActualizado:Paul McCartney debe estar celebrándolo ahora mismo. Y como él, toda una generación de músicos que se las veían negras para seguir sacando réditos a sus grabaciones. La Unión Europea ha acordado esta misma semana aumentar el tiempo de protección de los derechos que tienen los artistas y productores discográficos sobre sus registros fonográficos. Así el periodo se amplia de cincuenta a setenta años desde que se finaliza la grabación. ¿Qué significa esto? Pues que obras como el single 'Love Me Do' de Los Beatles, que se grabó en 1962 y que el año que viene iba a pasar a formar parte del dominio público, seguirán perteneciendo a sus creadores.
De esta forma Bruselas evita que cualquiera pueda coger la discografía de Los Beatles y editarla, crear una nueva obra modificando la grabación original o utilizarla en un anuncio publicitario sin pagar un duro. La excusa, eso sí, resulta un tanto peregrina. Y es que la UE ha justificado la decisión en que los músicos son personas que, generalmente, inician su carrera “siendo muy jóvenes”, de forma que el plazo de cincuenta años “no protegía las obras durante toda su vida”.
Pero lo cierto es que desde hace unos años, artistas como Cliff Richard o Roger Daltrey estaban presionando para que la nueva norma entrara en vigor: “Muchos de los artistas no tienen pensiones y viven gracias a los derechos de autor. No están pidiendo una limosna, sólo una justa compensación por su creatividad y esfuerzo”, aseguraba en una entrevista a la BBC en 2007 el cantante de Los Who.
Y es que con posterioridad a los Beatles y Cliff Richard, iban empezar a caer al saco del dominio público las creaciones de grupos como los Rolling Stones, Los Kinks, Led Zeppelin, David Bowie... Toda una batería de obras que representan una etapa dorada en la música de Reino Unido. De ahí que las presiones se hayan ido agudizando durante estos últimos años para que la UE se acerque a la norma que rige en Estados Unidos, donde tienen que pasar 95 años desde que se registra una grabación para que su uso sea totalmente libre.
En el cine, por ejemplo, nos encontramos con un caso similar. Aunque Walt Disney pasó hace más de cuarenta años a mejor vida, los ingresos que generan sus personajes siguen yendo a parar a la compañía que fundó, llegándose a especular que la legislación se modifica cada vez que la compañía está a punto de perder los derechos. Pensándolo bien, quizá nos hayan librado de toda una batería de spots publicitarios con canciones de los sesenta.