Al borde del abismo

Lo que nos faltaba, después de un verano difícil de asimilar en el que nos ha dado por inventar y poner en valor los via crucis como nuevas maneras de dinamización turístico/cultural, y que cerramos con el apocalíptico hundimiento del Vaporcito, viene el ex presidente Felipe González a decirnos literalmente que «Europa está jodida» y que nos encontramos al borde del abismo. Como si no fuéramos conscientes, como si no nos hubiésemos acostumbrado a desayunar cada día con noticias económicas aún peores a las del día anterior. Desde hace meses sólo se habla de mercados, números, y la economía lo inunda todo. La clase política en sus discursos en la carrera electoral no duda en argumentar su lucha y su condena al despilfarro como si de una nueva clave ideológica se tratara, incluso hay un grupo político que a nivel provincial no ha dudado en abrir un portal de información en el que denunciar casos de derroche de dineros públicos, eso sí, siempre con ejemplos del contrario, que no es cuestión de autoflagelarse en público. El parné ha llegado a convertirse en el mejor barómetro para nuestra salud en sociedad, si no a duras penas podría entenderse que el alcalde de San Fernando, y presidente de la Diputación, diga en referencia a la deudas públicas que atesora su localidad, que las arcas municipales sufren un «catarro gordo» y que ni muchísimo menos se encuentran en la UCI como les ocurre a otros pueblos de la provincia. Esto me ha dado que pensar y de mañana no pasa que vaya a Unicaja a que me hagan un chequeo, aunque ya me temo el diagnóstico: como la mayoría, y desde hace años, sufro una bronquitis que se agudiza a partir del día quince de cada mes.