Carné de xerecismo

Buena parte del llamado xerecismo, ha tomado por costumbre, denostar, injuriar y denigrar, a todo aquel o aquella persona, cuyo único delito imputable es el de describir una sucesión de hechos, a veces hasta lógicos, que día a día se viven en el Xerez CD SAD. Bajo el lema «o con nosotros o en nuestra contra» se reparten carnés de xerecismo. No hay debate posible. Da la sensación que de ciertos asuntos no se puede opinar, y si se hace, mejor hacerlo a favor de corriente. Por no hablar de los que acuden al ejemplo vasco del Rh sanguíneo para vilipendiar a todo aquel ‘intruso’ que osa acogerse a la ciudadanía jerezana y a la doctrina xerecista. No imagino a José Mercé pidiendo la documentación a sus seguidores para saber si tienen derecho o no a disfrutar de su arte por no haber nacido en Jerez. Si sólo existe una razón, la tuya, mal vamos. En fútbol, todo es opinable, y hoy por hoy, en el mundo de los intereses creados al amparo de las sociedades snónimas deportivas subvencionadas con dinero púlbico, más todavía. Aún así ¿qué hay de malo en escuchar a las dos partes de un conflicto? ¿Cuál es el problema? El mismo derecho tiene la persona de vida y acciones intachables que el que acumula virtudes públicas y defectos ocultos. Podrás estar de acuerdo o no en lo que dice y hace. Los adictos a una parte, sólo escucharán lo que diga ésta. Y todo lo que no suene confeccionado bajo el mismo patrón, no tiene cabida. Los no adictos a esa corriente de opinión, están de más. En la rebelión a bordo de los consejeros del Xerez CD SAD contra Millán, la alianza jerezano-sevillana tiene armamento pesado que legalmente, de momento, les da el control de la situación. El bando del presidente acude a la guerra de intereses con lanzas y miles de afectos teñidos de color azul. Desequilibrio total. Duele, mucho, pero es la realidad, aunque a los repartidores del carné de xerecismo, no les guste.