Los trabajadores de la concesionaria del transporte han decidido endurecer las medidas de presión mediante un encierro en el templo. :: JAVIER FERGO
Jerez

La plantilla de los autobuses radicaliza sus protestas con un encierro en San Francisco

Permanecerá día y noche en el interior de la iglesia hasta el próximo sábado para exigir el abono de las nóminas atrasadas

JEREZ. Actualizado: Guardar
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En el transcurso de la sexta semana de huelga, la paciencia de los trabajadores de Urbanos Amarillos, la empresa concesionaria del servicio de transporte público, parece haber estallado definitivamente. Por ello iniciaron ayer un encierro en la iglesia de San Francisco que se prolongará hasta el próximo sábado, aunque a partir de ahí plantearán movilizaciones más contundentes para exigir el pago de las nóminas atrasadas.

La plantilla de la empresa de autobuses deja clara su postura en contra del fraccionamiento de salarios ofrecido por la empresa tras el preacuerdo con el gobierno local. De este modo, las negociaciones con Urbanos Amarillos «están rotas», por lo que acusan a la compañía de «tener como rehenes» tanto a los trabajadores como a los usuarios del servicio.

Los empleados piensan permanecer día y noche en el interior del templo hasta el próximo sábado, jornada en la que el servicio recuperará la normalidad, como viene sucediendo todos los fines de semana desde que el 8 de agosto comenzara la huelga.

Hace un par de días, el Ayuntamiento alcanzó un preacuerdo con Urbanos Amarillos por el que se comprometía a empezar a pagar el corriente a pesar de que legalmente no está obligado a hacer frente a ningún abono hasta el próximo mes de mayo, que es cuando vence el primer año de la concesión.

Pero esto no ha sido ni de lejos suficiente para que la plantilla desconvoque los paros, pues aseguran que Urbanos Amarillos no les ha ofrecido «nada» para que pongan fin a sus protestas. «Lo haremos cuando tengan todo el dinero para las nóminas», señala contundente el presidente del comité, José María Romero.

Obras en la catedral

Por ello comenzaron ayer el encierro, que primero pretendían llevar a cabo en la catedral sobre las 11 de la mañana, si bien finalmente no pudieron hacerlo debido a unas obras que se están acometiendo en el templo y han dejado los servicios inhabilitados.

Como se recordará allí se encerraron a inicios de la legislatura pasada varios trabajadores despedidos del Ayuntamiento.

Esta vez, en el caso de los empleados de Urbanos Amarillos, no pudo ser. Así que hacia las 11.30 de la mañana enfilaron con destino a San Francisco, donde esperaron pacientemente junto al secretario local de CC OO, José Manuel Trillo, a que el párroco les diera permiso para pasar el día y la noche.

Algo menos de medio centenar de personas, sentadas en primera fila de bancos, compartieron espacio con los fieles que cada día acuden al templo situado en la céntrica plaza Esteve.

Muchos curiosos se preguntaban que estaba ocurriendo aunque sus dudas no duraron mucho, pues el conflicto después de tanto tiempo se ha hecho muy conocido en la ciudad.

Ya por la tarde-noche, fueron llegando otros trabajadores a la iglesia que se fueron sumando al encierro, mientras el comité clamaba al Ayuntamiento a que busque una solución «definitiva» a la situación que están sufriendo. «A mí mi banco no me dice que le pague más tarde, no me persona los retrasos como yo a ellos», se lamentaba un trabajador víctima de los impagos.

El portavoz del comité, Ángel Morales, recordó que a los trabajadores les deben ya un total de cuatro mensualidades. En esta tesitura, el conflicto parece no tener fin y el preacuerdo alcanzado entre la concesionaria y el gobierno local no soluciona las cosas. Por ello, desde el comité exigen al Consistorio que actúe con más contundencia: «Están incumpliendo el pliego de condiciones del servicio desde el punto uno hasta el último», subraya el portavoz del comité de empresa.

Ello lleva a una situación en la que la compañía Urbanos Amarillos «parece que tienen más poder que el propio Ayuntamiento».

Desde el comité su presidente, José María Romero, también asegura que «se está viendo que la empresa no está apostando por salir a flote», además de que «nadie está contento en la ciudad con Urbanos Amarillos». «Esto es un disparate -asevera- ya que nos deben un montón de nóminas».

El secretario del comité, Juan González, asegura que no abandonarán las protestas hasta cobrar las nóminas que les deben.

Mientras tanto la huelga de autobuses continúa en el inicio del curso escolar, con lo que ello conlleva. La paciencia de los usuarios se agota, aunque la de los trabajadores ha estallado ya. Por ello seguirán adelante con otras medidas de protesta. CC OO ha pedido incluso la intervención del regional en este asunto. Habrá que ver cuáles son las próximas movilizaciones que llevan a cabo, que no quieren desvelar entre otras cosas para no renunciar a la sorpresa.