TENIS Y TEATRO

Rafael Nadal comienza ganando la final del US Open de manera sorprendentemente fácil. Se pone 2-0 arriba con un tenis agresivo y con una variedad de golpes que descoloca a Novak Djokovic. Pero es entonces cuando le entra vértigo y pierde los papeles. Encaja seis juegos seguidos y se sienta en la silla con un 6-2 y en la mente las cinco finales perdidas con él en la presente temporada. El partido avanzó y nada parecía hacer cambiar al serbio, que está haciendo un tenis de otro planeta. Sólo un set pudo arañarle el de Manacor, que al terminar el partido felicitó una vez más al que va a ser número uno de mundo por muchos meses.

Y es que hay que rendirse al tenis de Novak Djokovic pero no a él. Él ha mejorado infinitamente, importando a su tenis lo mejor de Roger Federer y el propio Rafael Nadal, ha potenciado su forma física y capacidad de resistencia, tiene una gran variedad de golpes y se defiende hasta la saciedad. Ha puesto, además, orden en su vida, a nivel de equipo y a nivel sentimental con una novia con la que se va a casar en las próximas fechas. Además, descubrió de manera casual ser celíaco y ha prescindido totalmente del gluten a pesar de ser hijo de familia pizzera, algo que le ha costado muchísimo pero cuyo resultados se están viendo. En cambio, si algo no cambia Nole es algo que da muchísimo coraje al espectador y por supuesto al rival que tiene enfrente. el teatro.

El teatro del dolor de la espalda. El teatro de agotar los tiempos muertos médicos que se pueden pedir, el teatro de parar el partido cuando te conviene porque ves venir a tu rival por atrás que te puede adelantar. Y eso lo sufrió ayer en sus carnes Rafael Nadal, que vio a base de tenis y teatro se le escapaba un nuevo Grand Slam y la montañana Novak Djokovic cada día se hacía más alta. Toca tener paciencia. y seguir trabajando sin desesperarse, algo que ayer vimos que es difícil, porque terminó catando hasta el juez de silla.