«Hacemos que parezcan fáciles cosas que no lo son»
«No quiero que el equipo me dé más, prefiero consolidar lo que tenemos», afirma el técnico italiano
Actualizado:Acaba de completar un recorrido al campo de golf del Hotel Le Meridien, hasta ayer el hogar de España en Vilnius. Llega sonriente y reconoce que no se le ha dado mal. Pide un zumo de naranja e inicia una conversación en la que enfatiza cada vez que usa palabras como apuesta, fe o confianza. Habla siempre en primera persona del plural. Sergio Scariolo se felicita, ante todo, porque España está donde esperaba tras dos semanas de competición en el Eurobasket.
-Una hoja de ruta con los renglones rectos.
-No hemos tenido montañas altas, pero sí algún pico que superar al margen de las dificultades propias del cambio en la forma de jugar en el cinco contra cinco. El único pico intenso ha sido la lesión de Pau. Hubo un susto importante, un sobresalto incluso emocional en todos. Lo que marcamos desde el inicio de la preparación ha ido saliendo según, más o menos, lo teníamos planteado.
-¿Se han encontrado un terreno menos minado de lo que parece desde fuera?
-Es que lo hemos hecho muy bien. Hemos alcanzado un nivel defensivo que nadie imaginaba, sobre todo en la defensa del bloqueo directo, que era una asignatura pendiente de los equipos con pívots grandes. Hemos bordado esa faceta, pero cada partido vuelve a empezar de cero. Las apuestas técnicas han salido, el clima es muy muy bueno, a nivel físico hemos llegado muy bien. A veces hemos hecho parecer fáciles cosas que no lo son.
-Su gran apuesta es la dualidad, que jugadores siameses de demarcación jueguen juntos.
-Desde hace dos años, la apuesta fue resolver esta hipotética duplicidad de roles desde la perspectiva del talento. Conviven jugadores que su rol natural sería el mismo. Salieron las cosas con Navarro y Rudy. Con los Gasol renunciamos hace dos años por falta de tiempo, que ahora hemos tenido. Es una apuesta en la que pocos creían.
-¿Ha alimentado su ego con las no pocas bocas que habrá hecho callar?
-No es ego, es que nosotros creíamos en algo y desde hace tiempo. Se ha llegado a dar el caso de que nosotros creíamos más que los propios protagonistas. Ni ellos pensaban que iba a salir tan bien. Hablando hace tiempo se escuchaba decir que igual había que retroceder un poquito, que quizá no se podía apostar tan fuerte de salida.
-¿En qué cimenta tanta fe?
-En el caso de los exteriores, en que Rudy puede defender a cualquier tres europeo sin pagar nada aescala física. Y de hacerlo lo compensaría con su amenaza en ataque. Respecto a los Gasol, es cierto que en Europa siempre se juega con un cuatro abierto, lo que hace mucho más fácil jugar. Buscando algo más complicado, a través del trabajo, ganamos en presencia física en la pintura. Nos lo podemos permitir porque Marc y Pau también tienen capacidad para jugar alejados de la canasta, con un gran manejo del pase y buenos tiros incluso. El segundo base auténtico es Marc, que inspira desde el poste bajo nuestro juego. Pau es un rematador inigualable. Ya hace dos años metió triples importantes.
-El entrenador es, por naturaleza, un tipo insatisfecho. ¿A cuánto está la selección de lo que le pide?
-Estoy muy contento con el rendimiento del equipo. También cuando el tiro de tres no entra. Un elemento puramente balístico puede nublar la valoración. Los jugadores se sienten cómodos cuando la forma de jugar se convierte en una canasta, les da el subidón de alegría. Los entrenadores tenemos que evaluar cómo se ha movido la pelota, cómo hemos elegido el tiro, incluso le damos menos importancia a que entre o no entre. Por eso estoy contento independientemente de que en algunos partidos no hayamos anotado con facilidad. Además, hemos alcanzado una solidez defensiva más allá de las cualidades defensivas de los jugadores. Tenemos un nivel de seguridad muy importante que te da tranquilidad cuando los tiros no entran. No quiero que el equipo me dé más, prefiero consolidar lo que tenemos.
-¿El factor estético en el juego es residual?
-Es un tema subjetivo. Hemos jugado bien durante muchísimos minutos y menos bien durante otros. También depende de que los tiros entren o no. Está claro que una jugada bien hecha que culmina con un triple te deja un sabor fantástico y el que no entra te deja frío. Eso desde fuera. Desde dentro es todo más subjetivo, como en el arte. Desde luego, mantener a dos hombres grandes a la vez en cancha, que también pueden ser Ibaka y Reyes, quita espacio, y por momentos, puede quitar algo de fluidez. Pero tienes que hacer las cuentas del coste y el beneficio y el saldo es positivo.
-Llega el día D, el que marca la frontera del fracaso.
-Todos lo sabemos. Nos hemos tomado muy en serio las fases iniciales y ahí estamos, primeros de grupo. Lo que hemos hecho solo vale de puertas adentro, a la fe en lo que hacemos, a la unidad del equipo, a cómo iremos a jugar el partido de cuartos, con más esfuerzo, sacrificio, espíritu de equipo y ayuda.
-Lo del contador a cero es relativo.
-En cuanto a resultados, vale. En las sensaciones ese contador nos dice que las cosas que nos hacen ser un muy buen equipo dependen más de nosotros. Defender y pasarnos la pelota, los dos pilares de nuestro juego, dependen más de nosotros que de cuestiones ajenas.
-¿Percibe mucha diferencia entre los dos caminos hacia la final?
-Mi experiencia me ha enseñado en pensar en cada partido. Llegamos sin ningún jugador que con treinta minutos por partido, sin lesiones importantes; la de Pau está controlada. Es lo que queríamos. A partir de ahí, elegir un rival me parece peligroso porque los partidos de los demás no tienen por qué coincidir con lo que piensas.
-Francia eligió no verse con Lituania en una hipotética semifinal. ¿Es un signo de debilidad?
-Hace dos años, cuando De Colo metió aquella canasta para ganar a Grecia y emparejarse con España, todo el mundo se rió de ellos y les criticó. Ahora han elegido evitar al que se puede considerar como el rival más peligroso.
- Fue muy generoso con el seleccionador galo, Vincent Collet, después de lo que hizo.
- Creo que Francia ha sido el mejor equipo hasta nuestro partido. ¿Qué se puede pretender más de un equipo, que fuerce a sus jugadores tocados para jugar un partido sabiendo que el premio podía estar envenenado? No veo dónde está la infamia. Ahora, mi visión ética del deporte va por otro camino.
- ¿La mejor forma de no desviarse del objetivo es aparcar triunfalismos y centrarse en garantizar la plaza olímpica?
- Los partidos en adelante son de eliminación directa y lo que buscamos es estar entre los cuatro mejores equipos de Europa. A partir de ahí ya pensaremos en lo que venga.