Vettel, el imbatible
'Seb' deja a tiro el bicampeonato, tras una carrera que comenzó con una gran salida de Alonso, que acabó tercero
MADRID. Actualizado: GuardarSebastian Vettel logró una impecable e inamovible victoria en el Gran Premio de Italia, por delante de Jenson Button y Fernando Alonso. El alemán se proclamará campeón en Singapur o, como tarde, en Japón, si se cumplen las expectativas. Las opciones son relativamente fáciles: debe ganar, que Hamilton haga segundo, Button o Webber tercero y Fernando Alonso cuarto. Según cómo ha ido este año el campeonato, no habría que descartar que ocurra esto.
Alonso recordó a sus mejores años con una espectacular salida, marcada por un multitudinario accidente que involucró a cinco pilotos en la primera curva. El asturiano se tiró como alma que lleva el diablo, espoleado por los miles de 'tifosi' que abarrotaron Monza, llevando su Ferrari por la hierba y sin miedo: tenía mucho que ganar y poco o nada que perder. Lideró la prueba durante varias vueltas, pero el líder de Red Bull le adelantó nada más acabar el séptimo giro, con una espectacular maniobra y las dos ruedas por fuera de la pista incluidas.
Antes, Vitantonio Liuzzi provocó, sin quererlo, una montonera en la primera variante del autódromo italiano. El de HRT llegó cruzado a la primera curva, tras un toque en la recta con un Sauber, y se llevó por delante a otros cuatro pilotos, entre ellos a un Nico Rosberg que podría haber cambiado completamente el color de la carrera. El consiguiente Safety Car reagrupó a todos, y benefició a pilotos como Jaime Alguersuari o su 'enemigo' en Spa, Bruno Senna, que se habían quitado a varios rivales de encima a las primeras de cambio. Los comisarios de carrera estudiaron el incidente después, y penalizaron al italiano de HRT con cinco puestos en la parrilla de salida del próximo Gran Premio de Singapur.
Una de las grandes luchas de este Gran Premio estuvo protagonizada por el hombre con más títulos mundiales de la historia. Michael Schumacher estuvo muy cerca de volver al podio, ante un público que aún a día de hoy, le considera prácticamente un ser divino.
El alemán, que se había puesto tercero en la salida, aguantó los ataques continuos de Lewis Hamilton, que se quedó prácticamente clavado en la salida. Schumacher aprovechó la mayor velocidad punta de su Mercedes para resistir. No obstante, con los datos en la mano, destrozó las opciones del británico de McLaren. Su ritmo, notablemente mayor, se vio frenado por el del heptacampeón mundial, que ayudó de esta forma a Alonso.