Hacia el decrecimiento
Actualizado:Los partidarios del decrecimiento pueden estar satisfechos, pues hacia esa situación económica parece que nos dirigimos inexorablemente, al menos en los países más desarrollados. Quienes defienden que la locura del crecimiento y consumo deben frenarse y retroceder para evitar el hundimiento global, están viendo cómo se cumplen sus deseos. Es evidente que, debido a nuestra natural estupidez, hay problemas que los humanos no solucionamos voluntariamente. Sin embargo, hay circunstancias que ponen remedio a los problemas sin nuestra directa intervención. No hay mal que por bien no venga, dice el refrán. Y si algún bien hay en esta crisis ese no es otro que el de la mejora medioambiental, y quién sabe si el principio de la salvación de nuestro planeta. Menos crecimiento, menos consumo. Menos consumo, menos residuos. En un mundo con espacio y recursos finitos, supongo que la sensatez consiste en el control responsable de la natalidad y en la protección del medio ambiente; y la locura, en huir hacia adelante sin reflexionar sobre las consecuencias de nuestros comportamientos. Lamentablemente, la responsabilidad humana va muy por detrás del desarrollo imparable y acelerado de la ciencia y de la técnica, lo que se traduce en un progreso sin control; un progreso que se nos escapa de las manos y nadie puede aventurar a que extraño destino puede conducir a la humanidad?