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LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

La libertad de imprenta en el sitio de Cádiz

SANTIAGO SÁNCHEZ TRAVER
PERIODISTAActualizado:

Hace dos siglos las Cortes de la Isla promulgan, por 68 a 32 votos, la libertad de imprenta cuyo impulsor fue el diputado asturiano Agustín de Arguelles 'El Divino'. Antes del verano de 1810 se publicaban en Cádiz dos periódicos, el 'Diario Mercantil de Cádiz' y la 'Gazeta del Gobierno', tras salir de Madrid, y pasar por Sevilla. La aparición de 'El Conciso' en agosto de ese año es una revolución. Después, los hubo de todos los colores, como el 'Diario Marítimo del Vigía' y la 'Gazeta de la Regencia'. Y también el 'Semanario Patriótico', 'Zelador Patriótico', 'La Triple Alianza', el 'Sol de Cádiz', 'El Duende Político', 'Censor General', 'Procurador General', 'De Pronto', el 'Revisor Político', el 'Telégrafo Americano'.

De los más revolucionarios fue el Robespierre Español, editado en la Isla entre marzo y junio de 2011 y después en Cádiz. Su impulsor, el médico militar extremeño Fernández Sardinó, fue detenido al séptimo número, por seis meses, continuando su esposa portuguesa Carmen Silva. Algunos con curioso nombre, como 'La Abeja Española', 'La Barbería', 'La Campana del Lugar'. Otros reivindicativos, como el 'Defensor Acérrimo de los derechos del pueblo', 'Centinela de la Constitución', el 'Clarín de la Libertad', el 'Amante de la libertad civil', el 'Amigo de las leyes'.

Con las Cortes en Madrid, quedan pocos en Cádiz. De los liberales, el 'Diario Mercantil', 'Redactor General' y el más batallador, el 'Duende de los Cafés'. En esta batalla contra el renaciente absolutismo surgen otros como 'El grito patriótico en obsequio del reinado constitucional del señor don Fernando VII de Borbón', de larga cabecera. Y entre los neutrales se quedan en Cádiz cabeceras como el 'Periódico Mercantil' o el 'Diario Marítimo del Vigía'. Pero la causa absolutista tiene también defensores en los llamados periódicos serviles, en Cádiz representados por dos cabeceras: el 'Diario de la Tarde' y el 'Diario Patriótico'.

Es justo hacer mención aparte de 'El Conciso', la más importante publicación de esa época por su difusión y relevancia. Salía cada dos días, vendiendo dos mil ejemplares. Aparece el 24 de agosto de 1810, antes del Decreto, dirigido por Gaspar de Ogirando, aunque sus redactores eran Manuel Pérez Ramajo, cura liberal, José Robles y el salmantino Sánchez Barbero, que murió en la cárcel de Melilla en 1819, condenado por liberal. Esta redacción se reunía a diario en la confitería de Cosi. Muchos vieron en 'El Conciso' una imitación del 'L'Ami du peuple de Marat'. Y su influencia llego al extranjero: el sevillano José María Blanco White publicaba en Londres, en 'El Español' las crónicas del Conciso. Hay que citar al 'Redactor General' que salió, diariamente, entre junio de 1811 y diciembre de 1813, 930 números sin faltar un día.

También hay que hablar del periodismo de Cortes: además de 'El Conciso', 'El Redactor Genera'l y 'Diario de las Cortes' del dominico padre Villanueva, otros dos cubrieron las sesiones, 'El Semanario Patriótico' y el 'Diario de la Tarde', éste antirreformista. Y otros dos que lo hicieron parcialmente, el 'Observador de las Cortes' y el 'Patriota en las Cortes'. También hablar de aquellos primeros periodistas de la libertad, con escritores de altura, como el abulense Eugenio de Tapia, que dirigió la 'Gazeta de la Regencia de España e Indias', que sufrió condena en 1814, con su mujer e hijo, un bebé que muere en la cárcel. El madrileño Manuel José Quintana, gran poeta, fue director del 'Semanario Patriótico' y acabó preso. Otro ilustre es el vitoriano Pablo de Jérica, poeta y cuentista, del 'Diario Mercantil de Cádiz'.

Militares, médicos y frailes también escribían. De estos, cabe destacar al capuchino Rafael de Vélez, que escribió una 'Apología del altar y del trono', acabando de arzobispo de Santiago. O fray Francisco de Alvarado que firmaba 'El Filósofo Rancio', dominico marchenero, que huye a Tavira al llegar los franceses a Sevilla, donde conecta con la resistencia gaditana mandando sus Cartas Críticas, que se imprimen en Cádiz, definiendo la libertad de imprenta como anticristiana y antisocial.

De los más liberales también queda en la historia, además de Fernández Sardinó, Bartolomé Gallardo, que con 'La Abeja Española' picaba a los absolutistas. Y los que fundaron 'El Duende de los Cafés', proclamado antitaurino, un reducto liberal en Cádiz en 1814: Jacinto López, Tiburcio Campo y Miguel Cabrera. Se tiraba en la imprenta de Agapito Fernández Figueroa y fueron famosas las cartas del 'Brujo Floripi' y del 'Brujo Brinquitos'. Los tres pagaron con exilio forzoso y cárcel su liberalismo.

Pero entre ellos también nacen los primeros editores, como Pedro Daza de Guzmán 'El Gafas', fundador y director, que no periodista, del 'Redactor General', al que incorporó grandes plumas y firmas, incluyendo algún liberal exaltado como Sardina o Alcalá Galiano, Este gaditano, hijo del almirante que perdió la vida en Trafalgar también tiene parte en la fundación del 'El Imparcial' y tuvo continuación en su hijo de igual nombre.

También hay que hablar de los primeros impresores, pues había más de treinta en Cádiz. Aparte de las imprentas oficiales -la Imprentas de la Junta Provincial, en la casa de Misericordia, del Estado Mayor, que llevaba Ponce y la Real- están las siguientes: la de González Campoy, en la plazuela de Horta, la de Esteban Picardo, en la calle Carne, la de Vicente Lema, en San Francisco, la de Ximénez Carreño, en la calle Ancha donde se tiraba 'El Conciso', la de Quintana en la calle Rosario, la de Gómez de Requena en la plazuela de Tablas, la de Niel en la calle Baluarte, la de Manuel Bosch en la plazuela Viñuela, la Concordia en la calle Sacramento, la imprenta Tormentaria, la de Figueroa en la calle Linares, la de la viuda de Comes, en la calle Solano, la de Antonio de Munguía, la de Guerrero en la calle Empedrador, la imprenta Hércules de Antonio de Celis y la Liberal en la calle Verónica.

En 1814, con Fernando VII queda abolida la Constitución, suprimida la libertad de imprenta y prohibidos los periódicos salvo dos oficiales, 'La Gaceta' y el 'Diario de Madrid'.