¿Y AHORA QUÉ?
Actualizado:No se puede decir que la venta de Nueva Rumasa haya sido una sorpresa. Era algo que se venía venir. Las negociaciones, de hecho, con la firma que se ha acabado quedando con las empresas de la familia Ruiz-Mateos se conocían desde hace tiempo y ambas partes ya dijeron días atrás que era cuestión de tiempo cerrar el acuerdo.
Pero la pregunta es obligada: ¿Qué pasará ahora? José María Ruiz-Mateos afirma que la venta a la sociedad de Ángel de Cabo «es la mejor opción para trabajadores, proveedores y clientes» y que éste se ha comprometido a mantener los obligaciones adquiridas por Nueva Rumasa. Tampoco iba a decir lo contrario, lógicamente, y no queda otra que esperar acontecimientos. Aunque tampoco se puede esperar que trabajadores y proveedores del grupo tengan la paciencia necesaria. Querrán y exigirán explicaciones y las mayores garantías con celeridad. No hay que olvidar que el equipo que se ha hecho con las firmas de la familia jerezana se presenta como reestructurador de firmas con problemas, pero que en numerosas ocasiones su gestión ha ido encaminada a la liquidación.
No pinta bien la cosa, desde luego. Solo cabe esperar que existan garantías reales y por escrito para ese compromiso al que hacen referencia. Desde el punto de vista empresarial, hay que reconocer que a los Ruiz-Mateos no les quedaban muchas más opciones que hacer lo que han hecho. La situación económica del grupo era asfixiante y el margen de maniobra, casi nulo.