Silvia San Pío, la única víctima española

Los atentados terroristas del 11 de septiembre cambiaron para siempre la vida de la familia San Pío cuando Silvia, que trabajaba en el piso 92 de una de las Torres Gemelas, se convirtió en la única española fallecida en la masacre. La joven, que hubiera cumplido 27 años el 27 de septiembre de 2001, estaba casada con un norteamericano y embarazada de siete meses en el momento del ataque. Tenía doble nacionalidad y residía en Nueva York desde hacía varios años.

Su padre, José Luis San Pío, viajó a la ciudad con la esperanza de hallarla viva, pero su hija había muerto en su centro de trabajo, junto a su marido y otros 150 compañeros. Tras este durísimo mazazo, José Luis buscó consuelo en la solidaridad de la gente. «La experiencia del horror del terrorismo en España me ayudó a estar más preparado para enfrentar el drama», explicó San Pío, que ha regresado varias veces a Nueva York aunque nunca ha sido «capaz de ir a la Zona Cero».

Pese a que en un principio se habló de nueve a doce ciudadanos españoles desaparecidos, todos menos Silvia dieron señales de vida. La mayoría de los inicialmente desaparecidos eran personas que no habían podido contactar con sus familiares. Pero pudo ser aún peor. Joaquín Valsalobre, encargado entonces de la coordinación en el Consulado de España en Nueva York, explicó apenas una semana después de los atentados que las Torres no se habían abierto a los turistas en ese momento, ya que en ese caso las cifras de españoles desaparecidos hubiesen sido «mucho mayores», ya que las Torres Gemelas eran uno de los destinos turísticos más tradicionales.