Economia

El pánico a una nueva recesión global hunde las bolsas del mundo

El Ibex-35 pierde un 4,69% en su tercera peor jornada del año y la prima de riesgo se dispara a 341 puntos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Dicen que no hay nada más miedoso que el dinero. Las principales bolsas del mundo confirmaron ayer esa máxima, en una jornada marcada por el pánico y las pérdidas, derivadas del temor a una nueva recesión global y de las dificultades para solventar la crisis de la deuda soberana europea. Los batacazos se sucedieron uno tras otro en los parqués de todo el globo después de un fin de semana en que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, alertaron de que la economía mundial se enfrenta al peligro de una recaída inminente. En Madrid, el Ibex-35, vivió su tercera peor jornada del año y acabó la sesión con un derrumbe del 4,69%, a un paso de perder la cota de los 8.000 puntos. La prima de riesgo repuntó hasta los 341 puntos básicos.

La semana arranca en los mercados igual que acabó la anterior, con un batacazo antológico del que no se libró ninguno de los principales índices: Fráncfort, París, Milán, Londres, Tokio, Seúl y Hong Kong son solo algunas de las plazas que se apuntaron números rojos. Wall Street se salvó por ser festivo en Estados Unidos.

El viernes pasado, con los nervios de los inversores a flor de piel, bastó para devastar las bolsas el dato del estancamiento del empleo en Estados Unidos y el reconocimiento por el Gobierno de Grecia de que -aún tras aceptar dos rescates financieros- será incapaz de cumplir este año sus planes de déficit y crecimiento.

Ayer ya no hicieron falta más indicadores negativos; las declaraciones de Lagarde el domingo al semanario alemán 'Der Spiegel' -que los expertos consideran «irresponsables» en un momento como el actual- y de Zoellick el sábado en su visita a China fueron determinantes para que el dinero huyera a riadas de los parqués. Tampoco ayudó la permanente vacilación de la UE a la hora de cerrar el segundo rescate al estado heleno.

Las autoridades europeas, quizá conscientes de lo que iba a pasar, intentaron desde primera hora apagar el incendio avivado por las palabras de Lagarde. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, de gira por Oceanía, señaló desde Australia que el crecimiento económico de la zona euro será modesto este año, pero descartó una nueva recesión. Poco después era el portavoz para Asuntos Económicos del ejecutivo comunitario el que salía a escena para hablar de «ralentización» y desechar una segunda contracción.

Pero en los mercados el daño ya estaba hecho y uno tras otro, a medida que la tensión se desplazaba de este a oeste, se fueron sucedieron los batacazos. En Europa la palma se la llevaron Fráncfort, que cedió un 5,28%, y Milán, que cayó un 4,83%. París se dejó un 4,73%; Madrid un 4,69% y Londres un 3,58%. En Europa los valores más perjudicados fueron los bancarios que cayeron en picado, sobre todo Deutsche Bank (7,3%) y los franceses Societé Generale (6,9%) y BNP Paribas (6,4%). En el Ibex-35 Santander y BBVA sufrieron desplomes del 5,94% y del 5,79%, respectivamente. Tampoco se salvaron otros grandes valores: Repsol se anotó pérdidas del 6% y Telefónica del 4,29%. Los títulos que más se depreciaron fueron los de Sacyr, que bajó un 7,62% y de Arcelormittal, un 7,47%.

Castigo a la deuda

La prima de riesgo -el diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el alemán- volvió a repuntar y se situó en 341 puntos básicos al cierre del mercado, una cota comparable a las de comienzos de agosto, antes de que el Banco Central Europeo acudiera en auxilio de las economías más vulnerables mediante la compra masiva de bonos soberanos.

Esta vez en su escalada no sólo influyó el castigo de los inversores a la deuda española. También fue determinante el descenso que registró la rentabilidad del bono alemán, considerado ahora el valor estatal más seguro por los inversores, que marcó el mínimo histórico del 1,83%, con las consiguientes consecuencias para los títulos de países como España e Italia. El diferencial de riesgo del país trasalpino volvió a subir, esta vez hasta los 373 puntos básicos.

En el mercado de divisas el euro siguió retrocediendo posiciones frente al dólar y al término de la sesión se cambiaba por 1,4097 billetes verdes, frente a 1,4203 el pasado viernes. El petróleo también perdía 1,63 dólares y el barril de Brent (de referencia en Europa) cotizaba en Londres a 110,70 dólares.

La mayoría de mercados bursátiles asiáticos cerró también con pérdidas. El índice Nikkei de Tokio se dejó un 1,86%; Hong Kong perdió un 2,95% y Shanghai un 1,96%. En Estados Unidos, Wall Street esquivó los derrumbes al estar cerrado por ser festivo.