Cientos de personas escuchan a los oradores, ayer, en la XXXII Fiesta Minera Asturleonesa de Rodiezmo (León). :: J. CASARES / EFE
ESPAÑA

Rodiezmo escenifica el divorcio total de UGT con el PSOE

«El Gobierno ha abrazado el discurso que combatía hasta hace pocos meses», afirma Méndez

RODIEZMO (LEÓN). Actualizado: Guardar
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La Fiesta Minera Asturleonesa que se celebra en Rodiezmo desde hace 32 años sirvió para escenificar la ruptura total entre la UGT y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, quien, por segundo año consecutivo, no acudió a su tierra para inaugurar el curso político. Si el pasado año 2010 Zapatero rehusó la invitación del sindicato hermano escudándose en un viaje oficial -aunque la verdadera razón era que UGT y CC OO habían convocado una huelga general en septiembre- en la edición de 2011 ni siquiera ha habido necesidad de buscar excusas.

El divorcio es una realidad de la que se encargaron de dar fe los pupilos de Cándido Méndez. A la legendaria localidad leonesa no acudió ningún miembro del Ejecutivo ni de la dirección federal del PSOE. Viajar a Rodiezmo no estuvo ni un segundo en los planes del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba.Y aunque hasta el último momento se especuló con la presencia de José Blanco, tampoco apareció. Al final solo estuvo Alfonso Guerra, quien intentó capear el temporal con un discurso crítico con la derecha y con el «holgazán» Mariano Rajoy, según le definió en su intervención ante miles de trabajadores que acudieron a la fiesta reivindicativa.

El secretario general de UGT reclamó una «reconsideración» del sistema fiscal en España, con cambios en los impuestos que pagan los ciudadanos, aunque no precisó el alcance de esa iniciativa, ni cómo llevarla a cabo.

Asimismo, Cándido Méndez consideró «lógico» un referéndum para validar la reforma constitucional consensuada entre el PSOE y el PP ante la dimensión de los ajustes presupuestarios que podrían provocar en el futuro los límites en el déficit de las administraciones. Además, despreció los argumentos de que la modificación tiene como objetivo tranquilizar a los mercados porque el tiempo, resaltó, los ha «desautorizado».

Y a continuación el líder ugetista lanzó su más duro reproche a Zapatero por protagonizar uno de los mayores vaivenes políticos: «El problema del Gobierno -enfatizó Méndez- no es que se haya quedado sin discurso, es que ha abrazado a la fuerza el discurso que combatía hasta hace pocos meses».

Para el secretario general de UGT resulta inaceptable el giro del Gobierno socialista: «Hemos pasado de un clamor para que se regulen los mercados financieros a la aceptación acrítica de que los mercados financieros están bien como están y ahora hay que desregular y recortar los derechos de los trabajadores».

«Fantasías imposibles»

Tampoco se libró el PP de las críticas de Cándido Méndez. El líder sindical acusó a los populares de plantear «fantasías imposibles»; aplicar medidas perjudiciales para asuntos claves, como la educación, con palabras «perversas» que provocan un deterioro de la calidad de la enseñanza pública. También criticó a Mariano Rajoy por haber «echado una mano» solo a última hora en un pacto que podría generar situaciones perjudiciales para los ciudadanos, en alusión a la reforma de la Constitución.

Sin embargo, Cándido Méndez evitó elevar el tono de su intervención para dejar que uno de los dirigentes más importantes del sindicato cargara contra el presidente del Gobierno. Manuel López, secretario general de FIA-UGT, solicitó una «regeneración política» para encauzar las medidas adecuadas para luchar contra la crisis económica, al tiempo que apuntó sin ambigüedades hacia los líderes nacionales del PSOE y el PP: «Señor Zapatero, nos has engañado, nos has defraudado. Señor Rajoy: usted es un engaño en sí mismo».

Capear el temporal

No era fácil la misión de Alfonso Guerra después de escuchar los reproches despiadados al Gobierno que él sustenta desde su escaño en el Congreso. Pero el veterano socialista no se arredró ante el aluvión de críticas que llegaban desde la organización «hermana» que fundó Pablo Iglesias, cuyo legado sigue defendiendo Guerra como presidente de la Fundación que lleva su nombre. Por tanto, lo primero que hizo fue defender la reforma de la Constitución como una acción necesaria para proteger a todos los ciudadanos ante «la guerra de los poderosos contra el pueblo».

Además, el exvicepresidente del Gobierno en la época de Felipe González relató la paradoja del Partido Popular ante la crisis: «Y ahora los conservadores dicen que hay que votarles para resolver la crisis que ellos han creado». Por ello, Guerra abogó por «despertar a la gente anestesiada que cree que el PP le va a resolver los problemas». Y ante las elecciones generales del 20-N se dirigió al público en tono jocoso esperando un asentimiento a sus críticas: «Aunque solo sea para ver la cara que se les va a quedar al señor del PP (en referencia a Rajoy) y sus acólitos, si ganamos las elecciones, hay que hacer un esfuerzo para derrotar a la derecha».

«El jefe del PP salió en el telediario diciendo que él vendría a Rodiezmo. El señor que lleva mucho tiempo tumbado en la hamaca con el puro en la boca, el indolente, el perezoso, el haragán, el holgazán, se levantó de la hamaca para decir que quiere venir a Rodiezmo. Pero ¿qué está pasando que la derecha está entusiasmada con Rodiezmo?», preguntó a un auditorio.

Mientras se producían aplausos y sonrisas cómplices entre los asistentes, que por unos minutos parecían olvidar el distanciamiento con el partido, Alfonso Guerra hilvanó otra diatriba contra Rajoy por amparar y poner como ejemplo a comunidades gobernadas por el PP, como Valencia, Madrid, Murcia o La Rioja. Lamentó la «herencia» que dejarán los gobiernos autonómicos en estas y otras zonas del país porque están recortando servicios sociales y aplicando políticas perjudiciales para los trabajadores y las clases más débiles.