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Cayetano Rivera luce el traje en el paseíllo. :: REUTERS
Sociedad

Cayetano de Alba

El torero reaparece en la corrida goyesca con un traje diseñado por la duquesa, ante multitud de rostros conocidos

MARTÍN GALÁN
MÁLAGA.Actualizado:

En Ronda hubo ayer más que toros. La tradicional Corrida Goyesca que cada año celebra el municipio malagueño atrajo, como era de esperar, a numerosos rostros conocidos del mundo de la política, la cultura y el deporte nacional, aunque la máxima expectación se generó no en las gradas, sino en la arena. No ya por el cartel, de lujo, con El Juli, José María Manzanares y Cayetano, sino por la reaparición tras su lesión de este último, el menor de Paquirri y Carmina Ordoñez, con un traje diseñado por la mismísima duquesa de Alba.

De color rosa mexicano y negro, Cayetano lució un traje tradicional, puro goyesco, como se había anunciado, sin corbata y con un pechero de encaje, al estilo del siglo XVIII. Cayetana le tiene cariño. No en vano, el maestro madrileño figura en la exquisita y reducida lista de invitados, poco más de veinte, que acudirán a su boda con el funcionario Alfonso Díez, a primeros del mes próximo.

El diestro agradeció a la duquesa el apoyo que siempre le ha brindado dedicándole su segundo astado. «Va por usted duquesa. Que sea muy feliz cuando se case», le dijo Rivera a Cayetana. La duquesa y su novio, con asientos en primera fila, se convirtieron en el principal foco de atención en el graderío. Hubo menos famosos que otros años, quizás por la crisis, aunque ello no impidió que las localidades se agotaran ya el viernes y que las entradas alcanzaran un precio de 1.000 euros en la reventa.

Hubo más rostros populares. El festejo contó con la presencia del presidente del PP andaluz, Javier Arenas; el coordinador de Economía y Empleo del Partido, Cristóbal Montoro y las ex ministras Soledad Becerril y Pilar del Castillo. También acudieron al coso rondeño la televisiva Carmen Lomana, la modelo Raquel Revuelta y los periodistas José María García, Carlos Herrera y Jesús Quintero, entre otros.

Calles abarrotadas de público, calesas con mujeres rondeñas. La fiesta, al fin, hizo honor a su nombre, fuera y dentro de la plaza.