conflictos olvidados

El secuestro de un país

70.000 muertos desde 1985, 4.000 desaparecidos y millones de desplazados

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Colombia es un país secuestrado, destrozado por la guerrilla, los paramilitares y una violencia devastadora que convierten esta república suramericana en uno de los países más peligrosos del mundo. Un conflicto que desde 1985 arrastra un balance de, según datos de Amnistía Internacional, más de 70.000 muertos, 4.000 desaparecidos y casi cuatro millones de desplazados por las amenazas, chantajes y el miedo que los secuestros y asesinatos suscitan.

El conflicto armado que enfrenta desde hace más de 40 años a las fuerzas de seguridad y a los paramilitares, AUC, contra las dos principales guerrillas izquierdistas, FARC y ELN, ha convertido Colombia en general y las zonas rurales en particular, en un territorio sin ley inmerso en una crisis de derechos humanos permanente. Esta pesadilla salpica también a los países vecinos -Ecuador, Panamá y Venezuela-, encargados de acoger a los refugiados que huyen apesadumbrados del terror.

Tanto las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, como el Ejército de Liberación Nacional, ELN, surgen como movimientos campesinos en la década de los 60 demandando un reparto más equitativo de la riqueza y de la tierra en una nación rica en recursos naturales. Sin embargo, la riqueza se concentra en una oligarquía acomodada, mientras que la mayoría de la población vive hundida en la miseria.

El papel gubernamental

Fue en los 80 cuando, al perder el apoyo del pueblo, las guerrillas izquierdistas comenzaron a efectuar extorsiones, asesinatos y secuestros para 'financiarse'. Es entonces cuando narcotraficantes o trabajadores amenazados comienzan a financiar milicias paramilitares, agrupadas en las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. Acusadas de actuar 'asociadas' con el gobierno para 'silenciar críticas', los blancos de los 'paracos' han sido grupos que van desde guerrillas armadas hasta organizaciones laborales o activistas de derechos humanos.

Rasgo común en todos los bandos enfrentados, inclusive el gobierno, es el beneficio obtenido gracias al tráfico de drogas. El narcotráfico es la fuente de recursos que posibilita a guerrilla y paramilitares tener mejores condiciones para vencer al contrario.

Futuro incierto

Durante el gobierno de Álvaro Uribe el conflicto armado era prácticamente desconocido al crearse una imagen de seguridad en medio de graves violaciones de derechos humanos. Con el actual presidente, Juan Manuel Santos, el futuro se antoja incierto, pues cabe la posibilidad de que tanto las FARC como el ELN acaben aniquiladas o, por el contrario, podría barajarse un proceso que las integre mediante negociaciones y mecanismos de diálogo.

El enfrentamiento sigue hoy produciendo dolor entre la población más humilde, al encontrarse uno de los principales problemas de fondo en la falta de conocimiento que las zonas urbanas tienen de las rurales, donde realmente se ha desarrollado la confrontación.