proceso electoral

Curso intensivo para ganar elecciones

El PSOE se propone aprobar antes de las autonómicas una veintena de leyes y medidas con horas extras en la Cámara El último tramo de la legislatura arranca con frenesí legislativo en un ambiente preelectoral

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La perspectiva de dos elecciones en puertas, las generales en menos de tres meses y las autonómicas en no más de siete, hacen que el último curso político de esta legislatura que acaba de arrancar esta semana tenga visos de convertirse en el más intensivo y tenso desde el bienio de la 'pinza'.

Intensivo porque el Gobierno de Griñán y su partido el PSOE se proponen sacar adelante en muy poco tiempo, vía Consejo de Gobierno y Parlamento, una batería ingente de medidas económicas bondadosas y leyes populares con la esperanza de contrarrestar los malos augurios de las encuestas, confirmados en parte por la pérdida de votos por primera vez en las pasadas municipales a favor del PP. Para que puedan aprobarse todas ellas el Parlamento incluso deberá celebrar sesiones extraordinarias. La primera será este próximo día 13, para debatir la iniciativa que inste al Estado a delegar las competencias del Guadalquivir a la Junta.

Y tenso precisamente porque el partido de Javier Arenas tiene ante sí la mejor oportunidad de volver a la Moncloa y acceder a la Presidencia de la Junta tras 30 años de mando socialista. Los sondeos han sido tozudos. Consecutivamente desde hace más de un año otorgan al PP una victoria sin precedentes en la Comunidad. El PP no quiere perder esta oportunidad, el PSOE no quiere perder la única gran región que le queda. No va a haber tregua.

El actual mandatario es el que afronta este último tramo en peores circunstancias. La descomunal crisis se ceba en Andalucía con su peor cifra de parados en décadas (en torno al millón de personas, rozando una tasa del 30%). Llevar el timón del gobierno que en otras citas electorales era una baza a favor, se le vuelve en contra. No hay dinero para casi nada debido al ajuste del déficit para aplacar a los mercados financieros. El presidente ha reconocido que los Presupuestos para el año electoral serán «contractivos», es decir, menguarán aún más de lo que lo hicieron los de este año (un 6,1% menos que los de 2010).

Griñán, un veterano en la gestión política, es novato como candidato y también como timonel de un partido que tradicionalmente se desmanda cuando hay listas electorales por medio. Jaén y Córdoba ya están a la gresca.

A estos contratiempos se une otra adversidad: la investigación judicial sobre el fraude en los expedientes de regulación de empleo (ERE) pagados con fondos de la Junta. La juez instructora ha dejado entrever en sus autos que sus pesquisas se centran no sólo en los intrusos, algunos del PSOE, que cobraron prejubilaciones falsas, sino en el Gobierno, incluido Griñán.

La decisión de Griñán de convocar elecciones separadas de las generales por primera vez en quince años agrega otra incertidumbre ante el periodo que se avecina. Las teorías sobre si sería mejor juntas que separadas divide a los socialistas, pero ha prevalecido la opinión del secretario general, que ve más posibilidades de remontar el desapego electoral cuanto más se diste del batacazo del 22-M.

Ante este campo minado de reveses, el presidente aparece como alguien decidido a plantar cara a la adversidad y con dosis de optimismo para ganar la batalla cuya fecha de marzo dice que ni él conoce. «Se acabó el duelo», instó a su partido en el primer comité director tras las municipales celebrado en julio. Para enjugar las lágrimas de la derrota, Griñán ha puesto a su partido y a su gobierno a trabajar a destajo con una agenda frenética y un objetivo claro: la recuperación económica y la de la simpatía de esa mayoría social ahora obnubilada con el PP. Una misión para la que el presidente cuenta con una tabla de salvación entre tanto agujero: la mayoría absoluta en el Parlamento y el gobierno de la Junta.

Sobre esta tabla, Griñán trazó para este final de legislatura una treintena de medidas para mejorar el empleo, la transparencia política, la agilidad administrativa y la protección social. Las anunció en el debate de la Comunidad a final de junio y antes de irse de vacaciones ya puso diez en marcha. La última, aprobada a la vuelta de las vacaciones esta misma semana, destina 118 millones de euros para obras en caminos rurales que repercutirían en 250.000 jornales.

El Consejo de Gobierno tiene previsto sacar este próximo martes el plan de modernización de colegios, dotado con 200 millones de euros y con la misma finalidad del anterior: dar trabajo a parados de larga duración. Griñán desea que las elecciones pillen con trabajo a muchos de los que le han vuelto la espalda al PSOE precisamente por el desempleo, sobre todo el de los jóvenes. Para estos oferta 3.000 becas de 400 euros mensuales por asistir a cursos de formación siempre que tengan familia a cargo.

La adhesión del plural movimiento de jóvenes del 15-M es otro objetivo del PSOE, cuyo portavoz parlamentario, Mario Jiménez, se entrevistará esta próxima semana con varios de sus representantes que presentaron una propuesta al Parlamento para que este debata iniciativas populares con sólo diez mil firmas. Las medidas de transparencia política pactadas entre PSOE, PP e IU incluyen rebajar de 75.000 a 41.000 las firmas y voz para defenderlas desde un escaño virtual.

Pero Mario Jiménez tiene sobre todo el reto de apremiar a los diputados socialistas para que la Cámara dé luz verde a ocho leyes en trámite, y a otras seis a la espera de aprobarlas el Consejo de Gobierno, entre ellas la de los Presupuestos de 2012, además de la reforma de otras cinco a propuesta socialista, como la de los estatutos de los expresidentes para suprimir su pensión extra; Y la ley electoral, reforma que el PSOE propone para que sean incompatibles los cargos de diputado y alcaldes. El PP, con 17 primeros ediles en la Cámara, considera esta medida una afrenta y será, sin duda, uno de los elementos que aviven el fuego cruzado entre PSOE y oposición en la recta final de la legislatura. El PP decide hoy en Ronda qué medidas judiciales tomará contra esta iniciativa que se verá en el primer pleno del curso político, la próxima semana.

Un pleno que pondrá a prueba la capacidad de consenso de gobierno y oposición sobre el Guadalquivir y la polémica reforma de la ley electoral. Fuentes de ambos partidos desconfían de que haya acuerdos, pese a la insistencia de los dos de mano tendida.

El Partido Popular también prepara múltiples iniciativas parlamentarias, entre ellas las suyas propias de regeneración democrática, entre las que incluyen vetos para que familiares de cargos públicos contraten con la Junta o el límite a dos mandatos de los presidentes autonómicos. Muchas de ellas pretenden aguijonear los flancos débiles del PSOE, como la insistencia en auditar la Consejería de Empleo sobre la que penden varios fraudes investigados por la justicia.

En el PP están convencidos de que la incontinencia legislativa no le va a servir al PSOE para darle un vuelco a las encuestas porque van a carecer de credibilidad ante la opinión pública -«No van a hacer en tres meses lo que no han hecho en años», dicen- y el eco de la precampaña electoral lo ensordecerá todo. El PP tiene claro que de lo que se va a hablar de aquí al 20-N es de elecciones. Y después de esta fecha del resultado de las generales, que los populares aspiran a ganar. Después, la composición del nuevo gobierno nacional copará toda la atención. Poco espacio queda para el eco de las medidas de Griñán, que en enero debería convocar las elecciones si estas son como dice en marzo.

Ante este panorama, Javier Arenas optará por seguir su estrategia de contactar con colectivos sectoriales, foto incluida, y pasearse con sus poderosos alcaldes (entre ellos todos los de las capitales) y presidentes de diputaciones (cinco de ocho). La primera reunión del recién elegido comité electoral del PP será hoy en Ronda con los alcaldes de este partido. Ellos, los más cercanos a la calle, son su principal brazo armado en las contiendas que se avecinan, los adalides de la reconquista de la Moncloa y quienes aúpen a Arenas a la presidencia de la Junta más tarde. Esa es la misión. Rajoy tratará de seguir apareciendo por Andalucía con el propósito de afianzar los más de 1.600.000 votos del pasado 22 de mayo.

Para el PSOE la consigna es mirar con lupa lo que hagan presidentes autonómicos y alcaldes del PP para hacer ver que dicen lo que no hacen y recortarán derechos sociales. El PP pondrá el énfasis en el paro y en la necesidad de una regeneración democrática tras 30 años con el mismo partido en el poder. Javier Arenas ha llegado a comparar este periodo con el de la transición, cuando los socialistas llegaron a ilusionar a miles de andaluces. Ahora les toca a ellos, al PP. La palabra 'cambio', utilizada entonces por Felipe González, está en todos sus mensajes.

A Diego Valderas le ha venido como anillo al dedo que PSOE y PP pacten la reforma constitucional para reforzar su teoría de que ambos partidos «son lo mismo» y de que su alternativa es la única de izquierdas. Esta será uno de sus mensajes, pero su estrategia pasa también por sumarse a las movilizaciones del 15-M y de sindicatos contra los reajustes y reformas laborales.

La calle será su campo de batalla, pero a la vieja usanza, tras la pancarta. Valderas, que aspira a ser ratificado esta semana como candidato de IU, también se aplicará en dar tarea al Parlamento. Por lo pronto quiere que se debata la reforma de la Constitución y vaticina «un otoño calentito».