La primera inspección detecta una brecha de cinco metros de longitud en el Vaporcito
Los buzos comprobarán durante el fin de semana si hay más daños ocultos y una reunión decidirá el lunes los plazos y métodos del rescate
CÁDIZ.Actualizado:El fuerte deseo de las distintas administraciones y habitantes de Cádiz y El Puerto de Santa María por recuperar el buque insignia de la Bahía se ha topado de frente con la realidad de su hundimiento. La primera inspección realizada ayer bajo las aguas del muelle Reina Victoria por el equipo de buzos de la empresa Divership Trabajos Subacuáticos supuso un primer análisis poco esperanzador. Reflotar el barco no será cuestión de horas, ni de una sola tarde, sino de varios días y de muchas horas de trabajo, amén de un alto presupuesto.
El primer diagnóstico después de un día de trabajo es la constatación de una brecha de cinco metros de longitud en el casco del barco y un agujero «por el que cabe un brazo» por el que se filtró el agua que lo hundió. Este daño, según explicó el responsable del equipo de buzos, Nicolás Martínez Walsh se ha detectado junto a la proa, a estribor (derecha). También se han comprobado daños en la parte delantera de babor (izquierda) aunque estos son de menor importancia. El primer análisis constata que el barco chocó primero de frente contra el espigón del Sato y una roca fue la que rajó parte del casco del barco hasta que terminó en un gran orificio lo que provocó la avería del 'Adriano III'. «Como en el Titanic», pero a pequeña escala. Estos daños podrían empeorar a medida que avance la investigación ya que el barco reposa sobre el fango, en el fondo del mar, y «es necesario escarbar» para comprobar si hay otras zonas afectadas. Para analizarlo, los buzos, que cuentan con una gran experiencia, trabajarán a lo largo de todo el fin de semana con el objeto de presentar un informe el lunes a una comisión de expertos. En ese encuentro, los ingenieros de la administración decidirán cuándo y cómo reflotar el barco.
Antes, en las próximas 48 horas, los buzos tienen por delante otros dos trabajos más. El primero de ellos es escarbar dos túneles en el fango bajo el barco, que reposa sin recostarse sobre ninguno de sus dos lados, para poder pasar dos grandes cuerdas por cada uno de esos caminos. Por esos agujeros pasarán los enormes cables que ayudarán a reflotar el Vaporcito con una grúa.
La otra misión encomendada es limpiar, recoger todas las partes semimóviles del barco para evitar otro accidente en el muelle. «Ahora mismo el interior del Vaporcito es un desastre», reconoció Martínez Walsh. «Hay desde barriles de cerveza, hasta flotadores e incluso un pequeño bote... Todo eso hay que recogerlo». En cuanto al combustible que acumula la embarcación y que fuentes de la Autoridad Portuaria calcularon en unos 2.000 litros, no es una de las prioridades. Los buzos comprobaron ayer que el tanque se encuentra en buenas condiciones y «si hay alguna fuga, es ínfima» por lo que no se ha establecido como prioridad vaciarlo.
«Pudo ser una tragedia»
El responsable del equipo de buzos explicó ayer que la situación de la embarcación es «peor» de la esperada y deseada, a pesar de haber tenido varios factores que han evitado que el Vaporcito sufriera un mal mayor. El primero de estos factores es la forma en que se ha hundido el barco. La embarcación está en posición recta sobre el fondo del mar algo que va en beneficio de su recuperación. «Si el barco se hubiese quedado de lado, los daños habrían sido mayores y los trabajos de recuperación serían más complicados aún». Otro de los factores que han jugado a favor del barco fue la propia actuación del patrón. Tras un primer análisis, los buzos afirmaron que el choque pudo deberse «a un fallo mecánico» del 'Adriano III'. Según explicó Nicolás Martínez, la decisión de chocar de frente fue la mejor opción que pudo escoger el marino ya que es en la parte frontal donde el barco tiene un refuerzo mayor y absorbió mejor el golpe. Si el patrón hubiese virado y chocado con un lateral «ahora estaríamos lamentando una tragedia» porque el barco se habría hundido en cuestión de segundos y no se podría haber evacuado a los 80 pasajeros que iban a bordo.
Tras el primer informe que se presentará el lunes comenzará un largo y costoso proceso para reflotar el barco. Nicolás Martínez Walsh explicó que de no estar declarado como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, el Vaporcito habría sido desguazado y sacado del agua en cuestión de horas. Es más, teniendo en cuenta la gran experiencia que acumula Cádiz en construcción naval, la restauración de este símbolo de la Bahía se hará en un periodo de tiempo menor que el propio reflote. Expertos en este tipo de trabajos explicaron ayer que el presupuesto para salvar el barco del fondo del mar va más allá de los 15.000 euros ofrecidos por el Ayuntamiento de El Puerto. Con esa cantidad sólo se podría alquilar una grúa por un día y «se va a necesitar varios días». El presupuesto que manejan estos expertos se multiplica por diez, lo que sumaría una cantidad de 150.000 euros, por lo que hará falta un esfuerzo aún mayor del resto de las administraciones para sacar el barco hacia adelante.