Autógrafos a precio de oro
El protagonista de 'Hércules' cobra 20 euros por garabato, una práctica que usó hasta Obama para financiarse la campaña
Actualizado:Otro golpe al romanticismo. ¿De dónde van a sacar dinero los adolescentes para pagar los autógrafos de sus ídolos? Porque la moda estadounidense de cobrar por un garabato se está extendiendo como la pólvora y, aunque hace años ya se instaló en España, ahora se relanza con polémica incluida. El epicentro del terremoto se sitúa en Estepona (Málaga), en concreto en la Semana de Cine Fantástico de la Costa del Sol (del 19 al 24 de septiembre), que para celebrar su docena de años ha decido rendir homenaje a Kevin Sorbo, intérprete de series como 'Hércules' o 'Andrómeda'. El actor cobrará 20 euros por autógrafo y 10 si posa en una foto junto a sus admiradores. El precio subirá a 80 euros más IVA si alguien quiere compartir almuerzo con su señoría. No sabemos los ingredientes del menú, aunque de entrada se descarta la presencia de caviar o Vega Sicilia y, por razones obvias, también la de unos humildes huevos fritos. El fenómeno, poco habitual por estos lares, ha enfrentado a los políticos locales, que se acusan de querer hundir el festival. Pero quien realmente lo va a notar es el bolsillo de los seguidores de Sorbo. No es este, sin embargo, el caso más escandaloso, ya que el homenajeado, que no recibe un euro por asistir al certamen, ha anunciado que parte del dinero que recaude irá a financiar su fundación de ayuda a niños discapacitados.
No siempre es así. La mayoría de los famosos que cultivan estas prácticas lo hacen para ganarse un dinero 'a mayores'. Especialmente, actores ilustres en su día y ahora venidos a menos, como David Prowse, que representó en la saga original de 'La Guerra de las galaxias' el mítico papel de Darth Vader y cobró un buen pellizco por cada firma que estampaba durante su estancia en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, en 2004. ¿Negocio o forma de vivir? Los famosos que acuden a determinadas convenciones venden sus rúbricas a veces para pagarse los gastos y ahorrar costes a la organización y otras, para dar una alegría a su cuenta corriente. De eso sabe mucho Richard Dean Anderson, el protagonista de la serie de televisión estadounidense 'MacGyver', que llegó a embolsarse 120 euros por cada autógrafo que expedió en abril en la Fedcon de Düsseldorf, la mayor convención de ciencia ficción y de 'Star Trek' en Europa.
Los admiradores adultos de las celebridades debaten sobre el fenómeno. Mientras unos califican de «abuso» y «canallada» exigir dinero por un garabato, que puede incluir un simple punto o raya, otros lo apoyan y encuentran ventajas. Por ejemplo, impedir que muchos listillos vendan a precios desorbitados los autógrafos, traicionando la buena voluntad de los famosos firmantes. Un auténtico negocio que en Estados Unidos mueve millones de dólares. ¿Pero escapan al fisco esos ingresos? Es inimaginable, desde luego, que junto al papel con su firma o la foto de posado el fan reciba una factura con el IVA.
¿Y qué decir de algunos que hasta empaquetan los detalles para sus admiradoras en un 'kit' completito? No es broma. Lo hace el actor de telenovelas cubano William Levy, que pide 40 dólares por foto, autógrafo, taza y camiseta tras la representación de la obra 'Un amante a la medida'. Y se cotiza bajo frente al actor y músico mexicano Christopher von Uckermann, que en 2010 cobró 400 dólares a las admiradoras brasileñas que soñaban con desayunar y acabar inmortalizadas en una foto con él.
Esta moda no es privativa de los artistas. Hasta Obama se sumó a ella en 2008 para recaudar fondos para su campaña electoral. De generalizarse su uso, se acabaran las colas para conseguir autógrafos y también las horas de espera bajo esos soles de 'injusticia' que aguantan los mitómanos.