«La pregunta es si hoy día CiU se adheriría a la Constitución»
Lejos de romperse consenso alguno, lo que ha quedado claro es que el nacionalismo catalán se descolgó de él hace tiempo
MADRIDActualizado:La irritación de Duran i Lleida ayer en el Congreso de los Diputados trascendía evidentemente de la envergadura del debate que se estaba produciendo. No era para tanto. Su análisis, probablemente, era este: El largo proceso estatutario catalán concluyó sin que sus promotores consiguieran una reforma indirecta de la Constitución de 1978. Ni la mayoría socialista en primer lugar, ni el Tribunal Constitucional más tarde consintieron la deriva confederal que se pretendía. La Constitución de 1978 se reafirmaba, pues, en un sentido federal. Ahora la reforma del artículo 135 recalca nada menos que el criterio de la soberanía fiscal reside en el Estado español. Ninguno de los principios esenciales de la Constitución de 1978 se modifica sino que tan solo se reafirma el espíritu constitucional, que era y es federalizante. La gran pregunta que hay que hacer no es pues la de si esta reforma desvirtúa las esencias de la Carta Magna sino la de si hoy día CiU, con su giro soberanista, con la rectificación independentista de Pujol, se adheriría, como hizo Miquel Roca en nombre del catalanismo apolítico a aquella Constitución a la que, por cierto, el entonces diputado Arzalluz no quiso sumarse. No se ha roto consenso alguno. Más bien ha quedado claro que el nacionalismo catalán se descolgó de él hace tiempo.