Harry, el príncipe de la pista de baile

Parecía que la armada había puesto firme a Enrique de Inglaterra, pero con el verano el desenfreno ha vuelto a su vida. El pasado sábado el príncipe se cogió un vuelo de bajo coste y se plantó en Croacia. Y no debía tener intención de descansar cuando el destino era Hvar, la Ibiza del Adriático. Uno de sus clubs más populares no tardó en sentir el 'terremoto Harry'.

Rechazó la zona VIP y se perdió entre la plebe, adoptando una actitud muy poco 'real'. Harry se zambulló en la piscina que decora el local y comenzó su especial concurso de camisetas mojadas.

Subido en una plataforma, se dejó llevar por la música. Una escena que los allí presentes tachan de «vergonzosa». Y peligrosa, porque el suelo mojado que dejaba a su paso le precipitó de nuevo al agua. El personal del club, pendiente de que su ilustre cliente «no se enfriase», le regaló una camiseta.

Una vez refrescado volvió a su territorio, la barra. Los chupitos de tequila corrían entre sus manos y las de cuatro rubias que le miraban con los ojos salidos. La cuenta subía y los bolsillos del príncipe se vaciaban. Pero sus guardaespaldas acudieron al rescate y le prestaron dinero para seguir la fiesta.

Las rubias no se llevaron el gato al agua y Harry terminó la noche en los brazos de dos modelos. El verano se acaba y el próximo destino del príncipe queda lejos de las playas croatas. En octubre viajará a EE UU, donde continuará su entrenamiento militar.