El rival perfecto para recuperar sensaciones

Por mucho que Polonia se beneficiara ayer del desinflado español, lo apuntado sobre la carencia de argumentos de los tres primeros rivales que aguardan a los de Scariolo mantiene su vigencia. Aumentada la idea, si cabe, tras verificar que Portugal actúa como una Cenicienta por convicción. Llegó de tapadillo, aprovechando su último cargador en una repesca en la que no pudo con Finlandia, pero le bastó hacerlo con Hungría para acceder a una cita continental por tercera vez en su historia.

La base del equipo reposa en la filosofía de trabajo de Moncho López. El exseleccionador español emigró a Oporto y a través de esa vía accedió al banquillo luso. Puso en marcha un proyecto con lo que buenamente pudo recolectar, esto es, jugadores veteranos que militan en la actualidad en su totalidad en equipos de su país. Si España no se colapsa como ayer el trámite estará garantizado.