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Economia

La Bolsa premia a Sacyr por su asalto a Repsol con una subida del 12,25%

Del Rivero y el director general de Pemex garantizan al Gobierno que la «españolidad» de la petrolera quedará preservada

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

La jugada le ha salido redonda por ahora a Luis del Rivero, presidente de Sacyr. Los inversores aplaudieron la alianza con la que el grupo constructor y de servicios y Petróleos Mexicanos (Pemex) refuerzan su control sobre Repsol a costa de debilitar la posición del presidente Antonio Brufau. Las acciones de Sacyr se dispararon en Bolsa un 12,25% hasta cerrar a 5,259 euros, y la ganancia de la petrolera fue del 4,15%, subida que dejó estos títulos a 19,68 euros. A la revalorización de la compañía que preside del Rivero se suma el acercamiento del precio de los 'repsoles' a los 26,7 euros que pagó por ellos a finales de 2006 para hacerse con el 20% de la compañía energética. La refinanciación del crédito todavía pendiente -4.974 millones de euros-, que debe negociarse antes de final de año con un sindicato de bancos, le va a resultar más fácil.

Tras el anuncio de que Sacyr y Pemex han vinculado sus votos, que representarán el 29,8% del capital de Repsol cuando la mexicana eleve su participación con un 5% adicional, el otro accionista de referencia de la compañía, la entidad financiera La Caixa, dueña del 12%, ha optado por no tomar partido. Lo que tenga que decir lo manifestará en el consejo de administración de la petrolera, afirmó.

Desde la presidencia y dirección de Repsol la primera respuesta ha sido escueta: «apoyamos a todos los accionistas de la compañía», han manifestado. En uno de sus primeros movimientos después de suscrito el acuerdo estratégico, Del Rivero acudió al ministerio de Industria acompañado del director general de Pemex, Juan José Suárez, y del embajador de México en España, Jorge Zemeño, para explicar a Miguel Sebastián los pormenores del acuerdo. El ministro, que previamente había dado la bienvenida a la operación por considerar que «aumentará el potencial de Repsol», obtuvo de los dos aliados el compromiso de preservar la «españolidad» de la petrolera, según informó un portavoz del departamento.

El mensaje no puede ser más claro. Mejor reforzarse mediante la alianza con la mexicana Pemex -aunque es de propiedad estatal, podría llegar a privatizarse por consenso entre los partidos- que es un socio de larga trayectoria, antes que aventuras como las que Del Rivero se planteó en otro momento para vender su participación a la rusa Lukoil, entre otros acercamientos.

Sebastián declaró a los periodistas, en los pasillos del Congreso, que no le corresponde opinar sobre operaciones empresariales ni intervenir en ellas. Pero el ministro conoce muy bien de que está hablando. Además de su relación personal con Del Rivero -que se remonta a los tiempos en que el empresario constructor emprendió un desembarco en BBVA que resultó fallido- Sebastián llegó a ofrecerse a mediar entre el presidente de Sacyr y el de la petrolera cuando, en enero de 2010, la confrontación entre ambos alcanzó su máximo. Antonio Brufau convocó un consejo de administración para forzar el refrendo a su mandato, cita a la que el grupo constructor no acudió.

Dividendo y control

Con el 20% de la propiedad, Sacyr quiso influir en la gestión de Repsol, sin conseguirlo. El anuncio del recorte del dividendo a cuenta del ejercicio 2009 en un 19% acabó con la paciencia de Del Rivero, que prodigó todo tipo de críticas. Las tensiones se suavizaron cuando la escalada del precio del petróleo y una serie de desinversiones hicieron posible que la remuneración al accionista de Repsol por el pasado año registrara un aumento del 23%.

Pero las diferencias quedaron latentes. Y Del Rivero ha tomado la iniciativa pocas semanas después de la entrada en vigor de la ley antiblindajes, que consagra en las sociedades el voto proporcional a la cuota de capital de que se dispone. Para el grupo constructor, todo son ventajas. Sacyr podrá sacar todo el brillo a su propiedad del 20%, revalorizada por la prima de control, y que se verá potenciada cuando los dos aliados logren designar por acuerdo a un primer ejecutivo.